El mundo está tan metido de lleno en la autodestrucción que incluso teniendo platillos volantes encima de nosotros, diríamos que son cosas de USA o China. Estamos en un mundo de extremos: por un lado los locos de las conspiraciones que hablan de los crímenes de las farmacéuticas y en el otro extremo los que se ponen la banderilla del el bichito cada dos meses porque es lo que dice la tele. Aquellos que ven normal las altas temperaturas de los mares con aquellos que llevan puesta la misma camiseta dos semanas para salvar al planeta. Los hay que se pegan la fiesta del chuletón cada noche, y los hay que lo único que comen es procesado vegetariano más refinado que el Aspartamo.
En fin, lo dicho, aunque saliera el Biden o el Sanchez hablando de aliens, aquí hablaríamos de locura transitoria. Nadie buscaría refugio, solo aquellos que tienen preparado el cono de papel de aluminio.
Un mundo de extremos. Nadie piensa, nadie razona, nadie busca la verdad. Para que buscarla si cada uno ya tiene su verdad verdadera. La única.