dkd
Madmaxista
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Como vemos, la premisa del programa es ESPIAR A LOS TRABAJADORES por parte de su JEFE. Nada más y nada menos. Una inmoralidad como la copa de un pino pero eso no parece importar a Antena 3 que ha decidido comprar los derechos de dicho programa de adoctrinamiento borreguil. Es otro experimento tipo Gran Hermano pero con una premisa todavía más retorcida, esto es, ser espiados sin conscientes de ello y además por su propio jefe.
Yo me pregunto... ¿quién protege los derechos de los trabajadores en dicho reality?, si es que acaso se les presupone algún derecho. ¿Acaso los trabajadores no tienen derecho a su intimidad?. ¿Acaso no es abiertamente inmoral (y probablemente ilegal) espiar a una persona en su puesto de trabajo, cuando, para más inri, quien la espia es su propio jefe?. ¿Dónde está el poder judicial ante tales flagrantes atropellos de los derechos fundamentales de las personas los cuales, además, son emitidos a los cuatro vientos por televisión?.
Si Orwell levantara la cabeza se volvía a morir en el acto. El adoctrinamiento que las masas están recibiendo con este tipo de programas de televisión es de libro. Se les está enseñando a asumir la posibilidad real de ser espiados, para más inri, sin su conocimiento y, posiblemente, sin su consentimiento, en todos los aspectos de su vida, y, además, a aceptar ese hecho deleznable como algo asumible en sus vidas. Gran Hermano les enseña a asumir como normal ser espiados las 24 horas del día, pero este nuevo reality, "Undercover Boss" (Jefe secreto/escondido), va más allá, pues ni siquiera advierte a los trabajadores del hecho de que van a ser espiados y que dicha vulneración de sus derechos va a ser retransmitida por televisón en horario de máxima audiencia. Es obvio que este programa de TV vulnera un derecho fundamental de la persona: EL DERECHO A LA INTIMIDAD. Incluso en su puesto de trabajo, la persona tiene derecho a su intimidad. Dicho derecho se viola en tanto en cuanto el jefe le espia y, además, sin su conocimiento de ese hecho.
Me pregunto cómo reaccionarán los empleados cuando se enteren de que su jefe les ha estado espiando haciéndose pasar por empleado. La indignación que sentirán estará en relación directa con la consciencia que tengan del hecho de cómo y hasta que punto han sido violados sus derechos fundamentales como seres humanos. Efectivamente su jefe habrá violado su derecho a la intimidad y encima se lo dirá en sus propias narices como si fuera algo "divertido" y no reprobable... pero, como si lo vierá, acto seguido seguido se procederá con la táctica de desviar la atención de los trabajadores (que para el jefe, visto lo visto, son borregos a los que puede espiar, engañar, y reirse de ellos en su propias caras) sobre ese punto fundamental. Se dirá (lo dirá una voz "respetable", el presentador/a, o el propio jefe con voz grave) entonces que:
- el acto de espiarles lo han hecho por el propio bien de los trabajadores, para que rindan mejor (probablemente el jefe incluso llegue a hacer amistad con algún empleado lo cual lo utilizará también como excusa).
- dirán que "es sólo un reality, un programa de televisión". Como si eso fuera excusa para violar los derechos fundamentales de las personas.
- dirán que el jefe no utilizó medios específicos para espiarlos sino que "sólo" se hizo pasar por empleado. Dirán que el hacerse pasar por empleado es una mentira venial que no merece el más mínimo análisis ni la más mínima atención.
La moraleja final será:
Los trabajadores son seres a los que se puede engañar, espiar, y violar sus derechos fundamentales. Esos actos no son reprobables sino que pueden ser, incluso, hasta "entretenidos y divertidos" ya que se espera que tengan una gran audiencia.
Los sindicatos y cualquier otro colectivo que se supone que debería defender los derechos fundamentales de los trabajadores y, en general, los derechos fundamentales de los seres humanos, deberían ponerse manos a la obra para denunciar tales programas de televisión ya que hacen apología del control absoluto sobre los trabajadores, vulnerando flagrantemente derechos fundamentales tales como el DERECHO A LA INTIMIDAD.
Incluso el poder judicial debería actuar de oficio ante programas así que hacen apología de tales prácticas fascistas aunque estas se lleven a cabo en un programa de televisión con la supuesta intención de entretener al personal.
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