Justo estaba yo pensando en esto hace unos días. Leyendo los clásicos de la literatura universal el lector se percata, o al menos intuitivamente, de cómo son verdaderamente las mujeres. Desde la Ilíada con Helena fugándose con Paris en su boda con Melenao, el relato inicial de las Mil y una noches, pasando por la Regenta o los Demonios de Dostoievski cuando el personaje de Varvara discute con una amiga suya y la ridiculiza recordando las tonterías que hacía de niña para llamar la atención.
Es decir, el comportamiento femenino queda fielmente representado en la literatura clásica, y en gran parte del cine. Las retrataban caprichosas, mandonas, volubles y sueltas de cascos. Y no por misoginia, lo hacían por amor a la verdad.
Ahora te pintan a la mujer salvando planetas, resolviendo crímenes mientras acallan a sus compañeros de profesión que son unos betazos, saliéndose de lo preestablecido por la sociedad sin temor a nada ni a nadie... En un principio la gente diría "claro pero es que esto es ficción, puede pasar cualquier cosa" y se quedarían tan anchos, pero ahora, con la ingente oferta de películas y series dónde la protagonista es una mujer llevando a cabo una proeza extraordinaria, los espectadores (sobre todo las mujeres) se lo acaban creyendo. Se abre una línea entonces, que más que una línea parece una zanja, entre los comportamientos femeninos en la realidad y los de ficción. En la realidad siguen siendo frívolas, caprichosas, manipulables, un rato envidiosas, que todo lo quieren porque lo valen mucho y porque son las mejorcísimas... pero ellas se tragan el cuento de que son una mezcla entre Cersei Lannister y Coco Chanel. Cuando mujeres como esas, si me excusan por la inexactitud estadística, no llegarán ni al 1%, y en descenso, gracias a las redes sociales y su maravillosa capacidad para crear divas en potencia.
En resumidas cuentas, se está alimentando un monstruo imaginario en la mente de la sociedad que en un momento u otro va a estallar, sobre todo con la creciente relevancia de las mujeres en el mundo empresarial y político, y que es tabú en la escena cotidiana. Luego las ves diciendo por el foro que con dieciocho años siguen siendo niñas... y aun así la propaganda surte efecto en cada casa en la que haya suscripción a Netflix.