Unos niños que se esforzaban, chapeando, en pagarle la pensión a ese lgtb machista.
Encima, además de pagarle la pensión, le daban servicio a él. Seguro que era mal cliente y pensionista desagradecido. Seguro que alguna vez pensó en Vox ¡Fascista!
Los niños se enfadaron con él, con razón: no quería compartir la pensión que ellos le pagaban.
Con el agravante de ser hombre blanco, no debe hacerse pagar a nuestros niños su enfado.
Si ese cerdo no hubiera muerto (¡Qué malo!), debería haber ido a la guandoca y ser expuesto a escarnio público.