ULTIMA HORA: El Vaticano publica "Dignitas Infinita" y declara la cirugía de cambio de sesso y la teoría de género AMENAZAS a la dignidad

Si hay una institución caracterizada por su capacidad mimética al poder y de decir una cosa y la contraria pocas décadas más tarde, sin despeinarse y sin vergüenza alguna, es la Iglesia Católica.
Han debido darse cuenta de la de deserciones jóvenes que tenían en dirección evangélica e incluso ortodoxa que han mirado por el futuro del negocio.
 
Se debio hacer hace años, pero como el Papa bodoque que tenemos solo hace que poner la otra mejilla con los hijos de Sodoma pues eso.

El proximo Papa que entre que permita y premie el matrimonio heterosexual y castigue con expulsion y publicacion en archivo publico en Vaticano la lista de gaies con sotan para limpiar la Iglesia de depravacion.

Lo de no permitir a los curas casarse simplemente fue un error de un Papa gays, fue hecho por el hombre, puede ser modificado por otro hombre.
El celibato del clero fue otro sincretismo más (coger cosas de las religiones locales según el cristianismo se iba extendiendo) que no se oficializó hasta el siglo III.
El domingo se leía en misa Hechos de los Apóstoles y no sé cómo no se le caía la cara al cura de vergüenza mientras lo leía.
 
Supongo que César Vidal criticará también al Vaticano por esto, o dirá que ha dicho lo que no ha dicho, o que son unos progres por no decir que hay que dar de baja de la suscripción de la vida a los afeminados.
Tengo curiosidad por oírlo... Imagino será el editorial de uno de estos días.
 
Claro, y la fiducia supplicans como si no existiese...

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Supongo que en las últimas décadas del pasado siglo hubo declaraciones en contra del divorcio, las relaciones prematrimoniales y el uso del preservativo, la píldora y el DIU.

Lo que me pregunto es cuántos que dicen ser católicos han hecho caso a dichas declaraciones y se han abstenido de llevarlas a cabo tales prácticas.
 
He empezado a ver la primera reacción al nuevo documento en el canal "La plenitud de la Fe" en el que lo va leyéndolo compartiendo la pantalla del texto y explicando algunos aspectos que a su juicio servirá al sector "tradimodernista" -creo que el término lo ha inventado Cruz, su directora, y debe doler bastante- para insistir en su campaña de miedo, terror y desafección contra Francisco aunque tendrán que ser un poco más prudentes. Al "catecismo" del cardenal Schneider no le gustará mucho que se reconozca una misma dignidad ontológica en todo ser humano, con independencia de cualquier otra circunstancia. Eso de las clases de dignidad que se va degradando desde los más favorecidos a los más perversoss tiene sorprendentemente recorrido entre eminentes católicos, tal vez dejándose influir aunque lo nieguen, por el ambiente protestante que los rodea.

Han llegado a criticar el lenguaje "filosófico", poco claro y confuso, como si el magisterio de siempre se hubiera explicado desde sus primeros documentos importantes, en ese lenguaje plano y sobradamente entendible y al alcance de cualquier curioso. Se ignora intencionadamente -porque no lo dice gente poco o nada formada en estas materias- que el combate a las herejía ha requerido siempre de la filosofía que luego, al pasar el tiempo, se deja comprender mejor porque ya forma parte de nuestro día a día católico.

La prontitud de los ataques, sin dejar posar lo que critican procurando distanciarse de las primeras impresiones que son tan amigas de los prejuicios, no son en su mayoría de precaución y cautela sino de predisposición y posterior adoctrinamiento contrario a todas luces a algo tan tradicional como es y ha sido siempre la fidelidad católica al Papa. El desembarco a las filas católicas de gente muy leída y versada desde el evangelismo, está generando un efecto perverso porque si bien han aceptado la belleza e integridad de la Doctrina católica, eso de aceptar humildemente la autoridad papal parece que se les hace mucho más difícil. Sería algo así, reconociendo que abuso con este ejemplo, como que los astutas comprendieran que quieren ser gallinas y de hecho lo consiguen si el gallinero está en paz, pero tan pronto como se causa un revuelo, sus instintos "librepensadores" salen a la luz con plena convicción de que hacen lo que hay que hacer. Sí, los mismos que gustan de ponerse el cartel de la "tradición" y la sana enseñanza...

A los católicos de buena voluntad: observen que cuando se aclara un documento que ha sido origen de biliosas reacciones, no existe entre las filas "tradicionales" la buena costumbre del retracto. Una actitud prudente que disponga a releer los primeros documentos a la luz de las aclaraciones posteriores, no dejará ninguna duda de que no existe contradicción; que esas aclaraciones no implican en ningún caso una marcha atrás sino un avance en el sentido de la concreción y la claridad.

Por lo tanto, si no existe contradicción entre el original y la secuela y ésta ya no es tan fácil demonizar, su silencio no puede obedecer en modo alguno a alguna suerte de buena intención como puede ser buscar la verdad sino a otra cosa. Bajo el imperio de la buena fe y las buenas intenciones, salir de un error es siempre liberador porque además fortalece la confianza que es la base de todo. Enrocarse por cuestiones personalistas o por la vanidad alimentada en las redes sociales, deja fuera lo esencial desvelando que hay una guerra subterránea en la que la verdad, como en toda clase de guerra, es su primera víctima.
 
Han criticado los vientres de alquiler, vale... ¿ Han criticado también la fecundación invitro que trae al mundo criaturas sin padre a modo de mascotas por capricho de la gestante? Por saber...

Sí, aunque ahora mismo no sé citarte la fuente.

Si haces una búsqueda en vatican.va igual lo encuentras
 
Ciberimplantes y cambios hormonales con química pues muy dignos y naturales no son.
 
Supongo que en las últimas décadas del pasado siglo hubo declaraciones en contra del divorcio, las relaciones prematrimoniales y el uso del preservativo, la píldora y el DIU.

Lo que me pregunto es cuántos que dicen ser católicos han hecho caso a dichas declaraciones y se han abstenido de llevarlas a cabo tales prácticas.

No sea simple por favor
 
El Sirácida equipara la opresión de los pobres con el asesinato: «mata a su prójimo quien le roba el sustento, |quien no paga el sueldo al jornalero derrama sangre» (Si 34, 22).
El Sirácida equipara la opresión de los pobres con el asesinato: «mata a su prójimo quien le roba el sustento, |quien no paga el sueldo al jornalero derrama sangre» (Si 34, 22).
 
Quien puede creerse lo que diga un papa comunista?
Luego cambiará de opinión
 
El aborto

47. La Iglesia no cesa de recordar que «la dignidad de todo ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su fin natural. Precisamente la afirmación de tal dignidad es el presupuesto irrenunciable para la tutela de una existencia personal y social, y también la condición necesaria para que la fraternidad y la amistad social puedan realizarse en todos los pueblos de la tierra».[88] Sobre la base de este valor intangible de la vida humana, el magisterio eclesial se ha siempre pronunciado contra el aborto. Al respecto escribe san Juan Pablo II: «entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso […] Hoy, sin embargo, la percepción de su gravedad se ha ido debilitando progresivamente en la conciencia de muchos. La aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en la misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido jovenlandesal, que es cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida. Ante una situación tan grave, se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su nombre, sin ceder a compromisos de conveniencia o a la tentación de autoengaño. A este propósito resuena categórico el reproche del Profeta: “¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal!; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad” (Is 5, 20). Precisamente en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua, como la de “interrupción del embarazo”, que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública. Quizás este mismo fenómeno lingüístico sea síntoma de un malestar de las conciencias. Pero ninguna palabra puede cambiar la realidad de las cosas: el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento».[89] Los niños que van a nacer «son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo».[90] Se deberá, por tanto, afirmar con total fuerza y claridad, también en nuestro tiempo, que «esta defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano. Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno. La sola razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana, pero si además la miramos desde la fe, “toda violación de la dignidad personal del ser humano grita venganza delante de Dios y se configura como ofensa al Creador del hombre”».[91] Merece mencionarse aquí el compromiso generoso y valiente de santa Teresa de Calcuta en defensa de todo concebido.

Esto habría que pegarlo en TODAS las puertas de todas las iglesias y leerlo en todos los colegios del estado todas las pilinguis mañanas.

El texto es demoledor y no lleva a ningún equívoco, los que lo están descalificando es porque o no lo han leído, o son gente de izquierdas ateos materialistas.
 
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