VEGA MEDIA PRESS - MS DE 60.000 PERSONAS ASISTEN EN SILENCIO AL ENTIERRO DE LA LEY DE MEDIDAS EXTRAORDINARIAS
Unas 60.000 personas, según los sindicatos, se han manifestado por séptima vez en protesta por la Ley de Medidas Extraordinarias para la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas, aprobada el 23 de diciembre en la Asamblea Regional. Esta vez, los participantes han recorrido las calles de la capital murciana de forma silenciosa, portando ropa oscura y velas en la mano, bajo el frío y la lluvia. Un mar de descontentos.
La marcha, que se vio orate media hora por la reunión entre el presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel con los sindicatos SATSE, UGT, CCOO, CSI-F, Sterm Intersindical, Anpe Murcia, Sidi y SAE, partió sobre las 18.30 horas de la Plaza Fuensanta como es habitual, y transcurrió sin incidentes y en silencio al son del 'Réquiem' de Mozart, ante algún grupo que en un primer encuentro se unía con cánticos religiosos o gritos de "La enseñanza y la sanidad pública han muerto por culpa del PP", y una pancarta gigante en la que se podía leer 'Los servicios públicos son de todos'.
A lo que se unían dos ataúdes con escritos alusivos a su protesta, en los que apuntaban 'No al tijeretazo, dignidad y resistencia' o 'No dejaremos que entierren los derechos de los empleados públicos', carteles particulares como 'Ni tengo bemoles ni soy violenta' o 'RIP Ley 5/2010 D.E.P. Sus afligidos padres, los diputados regionales del PP. Ruegan Paz Social' y velas con lemas grabados como 'Valcárcel, guaperas aprende de Barreda'.
Ya en la cabecera de la pancarta el secretario general de CCOO, Daniel Bueno, aseguró que se había llegado a "un principio" de diálogo con el presidente del Gobierno regional, que suponía "la recuperación" del mismo, roto desde diciembre, intentando, acentuó, "que esta ley no afecte a los empleados públicos de la Región".
Y es que, recordó, el jefe del Ejecutivo "ha dicho que la ley es revisable en todo su contenido y, por lo tanto, vamos a formular la propuesta para proceder a esa revisión". Se trata, advirtió, "de un logro de las movilizaciones de los miles de trabajadores el que el presidente nos haya recibido y se muestre dispuesto a establecer un diálogo, aunque condicionado, y revisar su contenido".
"Vamos a intentar ese proceso y en una semana o diez días sabremos si el proceso de negociación camina o no positivamente", insistió Bueno.
En este sentido, el secretario general de UGT, Antonio Jiménez, ha resaltado que "después de 35 días de ruptura de diálogo y cualquier tipo de negociación" se ha iniciado un proceso de diálogo social. Tras lo que recordó que las organizaciones sindicales exigen la "reversión" de la Ley, "porque es muy perjudicial para 55.000 empleados públicos y el conjunto de la sociedad murciana".
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("Manos arriba", frente a la casa de Valcárcel. J. D. Oliver)
Ahora, indicó, "entendemos que el Gobierno está dispuesto a considerar el contenido de la Ley y producir las reformas oportunas". Con esta base, remarcó, "se puede iniciar un buen proceso de diálogo y negociación que culmine con una Ley que no tenga vigencia y un efecto tan negativo para la sociedad".
En definitiva, resaltó Jiménez, "aquí estamos para construir una solución". El acuerdo, señaló, "es ponernos inmediatamente, --el mismo jueves--, a trabajar porque tenemos un grave problema y necesitamos una gran solución a adoptar en el menor tiempo posible".
Hay disposición para ello, subrayó el secretario general de UGT, "no hay límites de negociación, y nada está excluido, con lo cual, la propuesta de las organizaciones sindicales de reconsiderar una ley muy perjudicial está encima de la mesa de negociación".
Al hilo, el coordinador regional de IU-Los Verdes, José Antonio Pujante, aseguró que, ante la respuesta "contundente y masiva" de la ciudadanía de la Región de Murcia, Valcárcel "debe tomar muy buena nota y, a partir de ahí, tomarse muy en serio la negociación que ha de llevar a cabo con los sindicatos".
Según Pujante, la negociación "debería pasar por una derogación de la Ley" o, en todo caso, "modificarla por otra consensuada con los agentes sociales y grupos parlamentarios". Buscar, de esa forma, "una salida alternativa a la situación de déficit público que está padeciendo la Región, como que paguen más los que más ganan y tienen".
POR PRIMERA VEZ EN LA PUERTA DE VALCÁRCEL Y EN SILENCIO
En la puerta de la vivienda del presidente de la Comunidad, los sindicalistas, voluntarios, que vigilaban la seguridad en el recorrido, han acordonado la fachada del edificio unidos de la mano, entre los aplausos de los manifestantes, al tiempo que éstos, por primera vez, levantaban sus manos y velas al aire, en completo silencio.
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(Un mar de descontentos. J.D. Oliver)
Así, en medio de un fuerte despliegue policial, la marcha ha transcurrido sin incidentes y sin que se hayan producido lanzamientos de bemoles frente al domicilio de Valcárcel, como estaba previsto por los sindicatos convocantes.
Aunque a la llegada al final de la Gran Vía la cabecera de la manifestación, que portaba un gigante cartel señalando 'Los servicios públicos son de todos', coreaba un 'No a la Ley' a la vez que se presentaba ante la multitud de personas congregadas a pesar del frío de la noche.
Al final de la misma, en la Plaza de la Cruz Roja, y una vez dejados los dos féretros representativos en el suelo, los manifestantes han roto en un rotundo aplauso porque, aseguraban, "somos muchos más".
Posteriormente, uno a uno, los asistentes han ido dejando las velas que portaban alrededor o encima de los féretros, rezaban alguna oración para después abandonar el lugar.
Más afectados
En esta ocasión, se han sumado a la protesta colectivos de estudiantes, parados y miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que recordaron que en 2011 más de 5.000 familias serán desahuciadas por la banca y las cajas de ahorros.
La manifestación ha aglutinado por primera vez, el descontento de un espectro más amplio de la sociedad murciana, además de los trabajadores públicos. La Región de Murcia tiene casi 180.000 parados, un 24% de la población activa, y la tercera parte de los murcianos vive por debajo del umbral de la pobreza, según la organización Cáritas.