Los aranceles no protegen a la clase trabajadora. Los aranceles sacrifican a la clase trabajadora para rescatar a lobbies de empresarios ineficientes bien conectados con el poder.
Los aranceles reducen, por Ley, los salarios de los trabajadores para reducir los costes laborales de las empresas ineficientes y salvar a esas empresas de la quiebra.
Supongamos que una camisa, importada de China, tiene un precio de 12 dólares en USA, mientras que una camisa igual fabricada por cierta empresa americana tiene un precio de 16 dólares.
Un trabajador que cobre 1.000 dólares podrá comprar 83 camisas chinas, luego su salario real es de 83 camisas al mes. Este salario real mide la cantidad (el valor) de mercancías que este trabajador obtiene del mercado a cambio de entregar al mercado el valor de su trabajo.
Los aranceles encarecen artificialmente las camisas de importación, que pasan de tener un precio de 12 a tener un precio de 16 dólares, lo que libra a al productor americano de camisas de la competencia.
Ahora bien, ese trabajador que sigue cobrando 1.000 dólares ya no puede comprar 83 camisas sino solo 62, luego su salario ha sido recortado un 25%: ahora trabajando lo mismo obtiene del mercado un 25% menos de bienes y servicios.
Lo que rescata al productor ineficiente de camisas americano simulando una eficiencia ficticia es esa reducción del 25% del salario real de los trabajadores que abarata sus costes.
Los aranceles y todas las medidas proteccionistas no 'prohíben la venta de productos extranjeros' sino que 'prohíben la venta de los productos más económicos', lo que fuerza a los trabajadores/consumidores a comprar productos más caros de empresarios cercanos al poder: el proteccionismo reduce los salarios de esos trabajadores.
Esta propiedad es a veces difícil de ver a primera vista porque el proteccionismo incluye una condición 'oculta' en sus ecuaciones.
Si ciertos productos de importación son mucho más caros que los nacionales, casi ningún consumidor los compra: son artículos de lujo que no suponen competencia para los fabricantes nacionales lo que hace que no se active el proteccionismo.
Si se activase el proteccionismo en esos casos en los que nunca se activa, los salarios no cambiarían: los trabajadores seguirían comprando productos nacionales más baratos y sus salarios no variarían.
El proteccionismo se activa siempre cuando el producto de importación es significativamente más barato y ese proteccionismo encarece selectivamente el producto más barato hasta hacerlo desaparecer. Los productos que compraban los trabajadores suben mucho de precio, lo que erosiona severamente sus salarios reales.
Es esta aplicación selectiva del dificultar la venta de productos de importación, pero solo cuando son más baratos, lo que transforma la inocente 'dificultar las importaciones para proteger a los empresarios nacionales' en 'reducir los salarios de los trabajadores para rescatar de la quiebra las empresas de los amigos'