The Wire es una grandísima serie, lo que pasa es que no se lo pone fácil al espectador, tienes que adaptarte tú a ella, que no ella a ti, como viene siendo habitual, que te dejan mascaditos todos los argumentos. Ella sigue su propio ritmo, a veces lentisimo y otras trepidante, pero no trata de engancharte en ningún momento, sino que va a su bola.
Si haces el esfuerzo de meterte en ella, descubrirás unos personajes fascinantes. Lo que más me gustó de The Wire es cómo entraba en la psicología de los "malos", las relaciones que entablan entre ellos y cómo les afectan los acontecimientos que se van sucediendo. Es como una gran partida de ajedrez, dónde cada pieza que se mueve tiene sus consecuencias...
Pero ya digo al principio se hace difícil, es lenta, no conoces a los personajes, que interaccionan entre ellos sin darte ninguna facilidad de que les conozcas, tienes tú que acoplarte a sus conversaciones y poco a poco conocerlos.
La primera temporada habla de las viviendas sociales, de cómo se trafica ahí, se ve la vida de esos chicos que se dedican a vender droja o vigilar la venta, lo poco que vale su vida en realidad, cuando sus mismos compañeros les matan. Los policías empiezan a ponerles escuchas y reciben poco a poco sus frutos, está bien si uno aguanta los primeros capítulos y logra engancharse.
La segunda temporada habla del puerto de Baltimore, y como los estibadores entran en tratos con una mafia de contrabandistas y lo que ocurre al final.
La tercera temporada está dedicada a la política municipal, las promesas incumplidas, y cómo abordan el tema de la droja.
La cuarta temporada trata de los colegios y cómo tratan de adaptar a ellos a población marginal, que nunca se va a integrar.
Es una visión global de la marginación social y cómo se aborda desde las instituciones, la propia destrucción de una ciudad otrora boyante como Baltimore, uno de los puertos más importantes de EEUU, y ahora desolada por la crisis se va degradando como tantas ciudades Chicago, Detroit, Filadelfia... La droja, el desempleo, la corrupción, campan a sus anchas en una población mayoritariamente afroamericana que no ha sabido sacarle jugo al sueño americano y continua enclaustrada en sus ghettos destruida y asolada criminalizada completamente.
No es una serie al uso en el que se interprete a los personajes, sino que está rodada dando un barniz de realismo, como si se les grabara en sus vidas cotidianas. Para mí el experimento ha sido sensacional, es una serie difícil de ver, compleja, pero una vez que te enganchas, no la olvidas ya nunca, a esos policías, valientes que a menudo se jugaban su carrera, a su lucha para que se imponga la legalidad, a un ayuntamiento corrupto y decadente, a una población desanimada sin valores ya.
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