Tiene las papeletas para ser perdedora en esta lucha.
Porque por un lado, se pone del lado de la ideología progre.
Pero por otro lado, es blanca. A medida que esa ideología se radicaliza, cada vez más la van a mandar a callar y la van a llamar privilegiada.
En el concurso de discriminaciones, sólo tiene los puntos "mujer" y "progre".
Tiene suerte de haber triunfado antes de haber llegado a la situación actual, pero no pinta bien en el futuro político.
Su mejor estrategia debería ser callar e intentar lo mínimo meterse en fregados políticos, pero la búsqueda de atención probablemente la pierda.
Que se prepare para ser criticada desde ambos lados del tablero.