Ni los jovenlandeses, ni el Cola Cao ni el helado Negrito tienen segundos sentidos, son productos alimenticios que se dotan de una imagen alegre y simpática, para que el consumidor los desee y se sienta bien con su compra y consumo.
Nadie odia al Congo ni a los personas de color por influencia de esos productos.
En el caso de los jovenlandeses, además, es una simple personificación de objetos, como Bob Esponja o los Fruitis.
Son los "profesionales" de la ofensa los que buscan ese segundo sentido.
Es como el que se hace caricias viendo la gimnasia artística o la natación sincronizada, es el poco equilibrado el que pone ese segundo sentido.
O la que moja el chichi viendo trabajar al reponedor macizo de refrescos de cola o de la máquina de café.