Nuestros principales problemas son dos: paro y déficit público. Y estos dos se pueden sintetizar en uno: crecimiento.
Lo ideal sería resolver el problema de déficit creando el empleo y creciendo, pero ahora mismo no es posible.
A corto plazo: controlar el déficit. Estos se hace reduciendo gastos SIN subir impuestos si no queremos entrar en una espiral descedente en los ingresos. Hay que empezar por los derroches públicos y continuar por los gastos importantes si no se consigue con lo primero.
A medio plazo: políticas encaminadas al empleo = hacer las empresas más competitivas para que reinviertan sus beneficios. Esto consiste en reducir trabas administrativas y ajustar los salarios a la productividad. Control de la inmi gración ilegal para no tirar los salarios por debajo de la productividad.
A largo plazo: educación, investigación y sobre todo una reforma del sistema financiero que impida a los bancos utilizar el dinero de nuestros depósitos para especular en productos "misteriosos" o en viviendas que se van a tardar en pagar 30 años, evitando así la irresponsabilidad de estas entidades en sus malas inversiones.
Lo que creo que va a pasar:
Van a bajar los salarios, subir los impuestos, bajar gastos en partidas sociales, la burocracia se reducirá ligeramente, el derroche público se reducirá ligeramente, la educación pública seguirá siendo igual de mala, la investigación será todavía peor después de los recortes y los bancos dentro de unos años volverán a seguir creando inflación y utilizando los depósitos para prestarlos a los políticos corruptos o meterlos en derivados de derivados de derivados de tercer orden.
Espero equivocarme.
El modelo de solow es una bonita composición matemática de tipo neoclásico (libegal para entendernos) que solo analiza el crecimiento a largo plazo y que viene a decir que sólo hay una variable que asegura dicho crecimiento a largo plazo y no es ni el capital ni el trabajo, es las innovaciones tecnológicas. Luego su receta contradice su propio modelito.Lo que dice Solow tiene mucho más calado de lo que parece a primera vista.
Solow desarrolló el que es, en mi opinión, uno de los mejores y más simples modelos de crecimiento económico, y por eso me parece una opinión más relevante que otros, como por ejemplo Stiglitz.
La solución de Solow es la misma porque no maneja otras variables que las político-económicas. Yo estoy de acuerdo en que, manteniendo el sistema actual, el siguiente paso es rebajar salarios.
La cuestión está en saber si nosotros vamos a mantener el sistema actual o seremos capaces de modificarlo (asimilando antes que no es posible cambiarlo de forma no violenta). Ya no está en juego nuestro futuro, sino el de nuestros hijos, nietos etc.
Recomendaciones de política que se derivan del modelo neoclásico de Solow
* La recomendación genérica que se deriva de este modelo propugna prescindir de la intervención estatal, políticas de liberalización económica y de desregulación.
* De la hipótesis de convergencia se deduce que no es necesario aplicar políticas regionales específicas.
no creo que sea una cuestión democrática o no, se trata más bien de responsabilidades vinculates o no " para la casta" y en la actualidad como siempre ha sido, por otra parte, eso es como creer en los 7 enanitosSi bajas los salarios, penalizas el consumo
Lo que quiero decir es que si no cambiamos nuestro modelo democrático. Si no hay contrapoderes efectivos, es igual que hagamos cualquier tipo de devaluación.
Si eres capaz de mantener una fuerte disciplina fiscal y monetaria, haces que la productividad aumenta ya que obligas ahorrar y por lo tanto, se puede invertir en tecnología y por lo tanto más productividad. Además las importaciones salen más baratas.
Pero estamos en un país en que cada grupo de presión va a lo suyo y no se miran por los intereses generales. No hay mecanismos para obligarlo. Consenso pragmático. En otros países sin ser democracias aún plenas como la sueca (el poder ejecutivo y el poder legislativo son lo mismo) es paradigmático cuando la socialdemocracia llega al poder en los 30 y firman el pacto entre los sindicatos y la patronal que sirve para guía durante décadas y como en los años 90 los dos grandes partidos pactan las grandes reformas.