En las imágenes, solo veo victimas. Víctimas, los ciudadanos intoxicados por 40 años de nacionalismo, promovido e impulsado por el gobierno catalán, con el apoyo explicito de los distintos gobiernos españoles.
Y víctimas, los agentes de la fuerzas de seguridad del Estado, enviados a una perversos encerrona, o que creeis que a ellos le gustará ir dando golpes a personas por la calle. Unas pacificas y otras no tanto.
Pero hay una diferencia, los ciudadanos que acudieron a depositar un papel en una caja de plastico, sabiendo que era un acto ilegal y que los policias tenian ordenes de requisar las urnas, lo hicieron por voluntad propia, fue su decisión.
Los policias y guardia civiles, fueron cumpliendo ordenes del poder judicial, es su trabajo y su obligación. Ellos no tuvieron el derecho a decidir, si ir o no ir. Como tampoco lo tuvieron, los niños pequeños, utilizados por sus padres como escudos humanos, que hay que ser perversos para llevar a tus hijos a ese lugar, en ese momento. O a lo mejor es que estaban tan borrachos de nacionalismo, que no eran responsables de su comportamiento.
Por una extraña, y sospechosa razón. Desde 1978, los dirigentes del estado, tanto del gobierno central, como el de la Generalidad de Cataluña, porque esta última también es el Estado, se han dedicado a sembrar repruebo, enfrentamiento y discordia entre los ciudadanos, muy pronto van a recoger la cosecha. Y no será agua precisamente, el liquido que utilicen para dar el ultimo riego antes de efectuarla.
Y víctimas, los agentes de la fuerzas de seguridad del Estado, enviados a una perversos encerrona, o que creeis que a ellos le gustará ir dando golpes a personas por la calle. Unas pacificas y otras no tanto.
Pero hay una diferencia, los ciudadanos que acudieron a depositar un papel en una caja de plastico, sabiendo que era un acto ilegal y que los policias tenian ordenes de requisar las urnas, lo hicieron por voluntad propia, fue su decisión.
Los policias y guardia civiles, fueron cumpliendo ordenes del poder judicial, es su trabajo y su obligación. Ellos no tuvieron el derecho a decidir, si ir o no ir. Como tampoco lo tuvieron, los niños pequeños, utilizados por sus padres como escudos humanos, que hay que ser perversos para llevar a tus hijos a ese lugar, en ese momento. O a lo mejor es que estaban tan borrachos de nacionalismo, que no eran responsables de su comportamiento.
Por una extraña, y sospechosa razón. Desde 1978, los dirigentes del estado, tanto del gobierno central, como el de la Generalidad de Cataluña, porque esta última también es el Estado, se han dedicado a sembrar repruebo, enfrentamiento y discordia entre los ciudadanos, muy pronto van a recoger la cosecha. Y no será agua precisamente, el liquido que utilicen para dar el ultimo riego antes de efectuarla.