Han pasado 48 horas escasas y ya estamos escribiendo la historia del siglo XXI. Como si ya hubiera pasado. Casi damos por finiquitada una batalla que no ha terminado en el curso de una guerra en la que que esta batalla Siria si puede suponer un enorme antes y después.
La actuación de Turquía en Siria no se sale -de momento- del guión que fue a recibir Erdogan a Moscú en su reciente y muy sumisa vista. En la que se le dio luz verde y se le dejó bien claro que su rol era poner al ejército Turco a mojarse en un conflicto en el que solo lo había hecho como proxy vasallo de occidente. Como tampoco se salió -hasta que lo hizo, o más bien le obligaron a hacerlo- del guión que como único miembro de la OTAN fronterizo con Siria sirvió como acomodo mercenario, campo de entrenamiento y santuario que con la impunidad que da ser miembro de ese club permite -permitía- tener.
Turquía juega el rol en este conflicto que su situación geográfica le permite jugar. Ese simple hecho tiene bastante más transcendencia que el papel que a un sátrapa como su Presidente le conviene -personalmente hablando- aparentar en cuanto a la posesión de una supuesta agenda propia que -codeándose con dos enemigos acérrimos como la OTAN y Rusia, el oeste y el este- de la que teóricamente dispondría para poder poner en su sitio a unos y otros. No confundamos la instrumentalización con una teórica agenda que le dota de una autonomía que no tiene porque no puede avalarla.
¿Puede Turquía conducirse como una 'potencia' con capacidad para 'dictar' sus condiciones a, pongamos por ejemplo, Rusia? ¿existe en la zona alguna potencia regional con la que le convendría llevarse bien, porque es ya esa un y no otra la auténtica potencia regional, pongamos por ejemplo, Irań? ¿valora Turquía que la baza regional de Rusia es Irán que a su vez necesita a Rusia como superpotencia en la que apoyarse?
Y en todo caso, parece más la agenda personal de Erdogan que la de Turquía como hipotética 'potencia' con los arrestos para poner 'en su sitio a Tirios y Troyanos. Para ser una potencia real, tangible, no solo basta con parecerlo: cuando se juega en ese campo hay que serlo de hecho y tener la suficiente potencia reservada en el campo económico y militar para poder actuar como tal con garantías de no pasar a ser una anécdota de la historia. La historia está llena de ejemplos de este tipo, aunque también de otros, como D. Francisco Franco, que han sabido ajustar perfectamente su arraigo personal al poder para convertir un régimen que ni fue fascista en una pseudo tecnocracia burguesa que tampoco fue pareciendo acomodiaticiamente ambas cosas en función de los tiempos... lo que realmente era una dictadura militar, cuartelera y sobre todo personalista y apegada al sillón. Pero las cosas han cambiado y uno y otro están en las antípodas en cuanto a la situación del mundo, aunque el paralelismo en cuanto al apego al sillón puede hacer de estos dos sujetos coincidencias más que notables.
Los hipotéticos triunfos que pueden ser presentados por Erdogan -hábil becerro- para hacer parecer a Turquía lo que ni es ni está en condición de ser tienen bastante más que ver con el demérito de occidente en la instrumentalización de Turquía como su macarra de la zona hasta que la sagacidad y el humanísimo instinto de supervivencia del becerro al ver a lo que se enfrentaba realmente le hizo cambiar de bando. Con tal rapidez que incluso casi le cuesta el despacho por parte del despecho de occidente. Algo que le dolería sobremanera y que no está dispuesto a ceder. Tanto, que está dispuesto a seguir con pelos y señales la agenda de una Rusia que lo está utilizando para laminar sin misericordia a sus antiguos mentores. Y porque le ha visto las orejas al lobo.
Y ese demérito de occidente, que ha tenido que tragarse una intervención rusa en pleno Oriente Medio, cosa que en tiempos de la URSS hubiera supuesto una inmediata guerra mundial. Ese hecho, trascendente donde los haya, solo se puede explicar porque detrás de la imposición de la destrucción mercenaria de Siria no hay más que una escapada hacia adelante, hacia la guerra, un mecanismo del capitalismo tan viejo como el mismo capitalismo para salir de las crisis. Lo que pasa que ahora es la progenitora de todas las crisis, una quiebra que puede finiquitar la concepción del capitalismo como un modelo basado en ya -solamente- la especulación. Y veinticinco años le ha durado la fiesta.
El señor Erdogan está dotado de un sexto sentido, el del hiperolfato para preservar su ojo ciego en la poltrona. Para ello recurre con bastante buen tino a una mezcla de populismo mesiánico, control de la información y demás instrumentos. Los recursos habituales. Ese sexto sentido, el mismo que le guió por la senda del enriquecimiento personal y familiar a base de petróleo duty freee a cambio de santuario es el mismo que le hizo dar un giro copernicano al percibir que los llamados 'amacabras' iban -como van- a perder irremisiblemente la guerra y eso le ha hecho acercarse, precisamente al responsable final de la victoria Siria. Y ese sexto sentido, además del aliento del oso, le ha hecho pasarse con naves y bagajes al campo contrario. Tras haber -por supuesto teledirigidamente desde Bruselas- tensado la cuerda como el monigote necesario, incluso derribando un avión ruso en el que fue el simple brazo ejecutor. Y tras percibir claramente las ostras que le podrían caer, por esa tan envidiable pero a la vez tan jodida posición geográfica- del vecino oso nuclear. Que ni olvida ni perdona. Y que de sobra sabe con quien está lidiando.
La lidia y captación el becerro está más orientada a dañar a los señoritos que todavía son nominalmente sus propietarios que al bicho en si. Que una vez termine la faena, podrá ser un Kleenex ya manchado por los dos lados. Y hasta al que, magnánimamente, se le puede ofrecer un sitio en la OCS por los servicios prestados y para acabar de aguarle la fiesta a una OTAN que parece que podría ser ya una saco de tierra con un agujero que pierde y terminará convertida en un pellejo.
Todavía podemos recordar la retroalimentación bastarda entre la válvula Turca, ansiosa de entrar en la zona Euro ¡tremendo negocio y jrande amplitud de miras la de este sujeto!. Una válvula que intentaba chantajear a una Europa que necesita esa quintacolumna Refugee para espectáculos tan lamentables como el del Burkini, que no pasarían de un número circense si no llevaran implícitas muchas y más escalofriantes cosas perfectamente medidas que la ingeniería social maneja para fascistizar una sociedad buenista y amansada. El fascismo virtual del siglo XXI, 'viral' y efectivo que hasta pone de acuerdo a progretarios y neocons en nimiedades -que no lo son tanto- como lo que cada uno se pone o deja de poner en una puñetera playa.
En definitiva, un paso más en esta guerra que inició un plano distinto desde que la intervención rusa, además de salvar al 'régimen', ha conseguido desestabilizar el flanco sureste de la OTAN implicando en la guerra a uno de sus miembros después de la acoquinada visita de este señor a San Petersburgo.
Llevamos cuarenta y ocho horas. Algo más de tiempo deberíamos esperar para valorar en que queda la cosa. Si alguien piensa que Rusia está claudicando ante este sujeto se equivoca.
Nadie tira un avión por la espalda a Rusia y se va de rositas. Eso lo sabe hasta Erdogan. De esos lodos estos barros.Gracias Durruty.
Buenas noches.