La Twittera lo dice como si El País fuera una empresa cuyo fin fuera ganar dinero. Y no lo es. Es una banda de propagandistas que tiene como objetivo destruir todo lo bueno y valioso que hay en España (e iberoamérica, donde también es influyente). Camorristas de la palabra, que amedrentan a quien intenta escaparse de la corrección política.
Sus accionistas pueden permitirse perder dinero con la empresa porque lo recuperan de otros lados. Véase a Bezos, perdiendo pasta con el WPost; a Slim haciendo lo mismo con el NYT,