Esos audios habrán corrido de teléfono a teléfono, y por todas las apps posibles durante este tiempo, ya sea por las compañeras ante las que presumía la artista, como las enemigas que se la tenían guardada, así como los chicos de esa localidad.
Es seguro que muchas de esas grabaciones y quizá algunos vídeos (y de otros temas), se hayan suministrado de forma alegre a los periodistas que llevan meses siguiendo el tema.
Cualquiera que sepa cómo, sabe que puede subir de forma anónima un torrent, y/o otros sistemas de distribución, y ya no habrá quien lo pare, por muchos EnriquePC que busquen como cabezas de turco.