Medios de la prensa privada, y que contribuyeron con sus editoriales y ataques permanentes al actual gobierno, ahora se duelen por las declaraciones de Camacho, que ha vuelto, tras difundir los audios ande Pumari le pedía 250 mil dólares y el control de un par de aduanas, a cambio de ejercer de su vicepresidente, a formar equipo con el susodicho Pumari.
Camacho y Pumari están juntos otra vez - Diario Pagina Siete
EDITORIAL
Camacho y Pumari están juntos otra vez
Luis Fernando Camacho y Marco Pumari están juntos otra vez.
Los dos líderes cívicos, que tuvieron una actuación importante en la fase final de las protestas contra Evo Morales, se distanciaron cuando se conoció un audio en el que se escucha que el dirigente potosino había exigido 250 mil dólares y los cargos de Aduanas de Sucre y Potosí para aceptar ser candidato.
Camacho y Pumari aparecieron durante los meses de octubre y noviembre como líderes que representaban la renovación política en el país. Ambos dirigentes, uno proveniente de Santa Cruz (Camacho) y el otro de Potosí, son efectivamente más jóvenes que otros candidatos presidenciales. Pero también se destacaron por otros asuntos, como sus apelaciones a la religión y su cercanía con la población. Sin duda ese binomio estará entre los más importantes de la próxima elección.
Cuánto se les debe a ambos en la caída y fuga del expresidente Evo Morales estará siempre en discusión. Es verdad, por ejemplo, que los masivos cabildos organizados en Santa Cruz por Camacho, y especialmente el del 4 de octubre, previo a las elecciones del 20 de ese mes, fueron cruciales. Esa manifestación influyó en el resto de las ciudades de Bolivia, que sintieron la fuerza cruceña y con ello también se lanzaron a las calles. Después de las elecciones, en todo el país, pero sobre todo en Santa Cruz, se realizaron nuevos cabildos.
En el listado de los líderes que ayudaron a la caída debe incluirse también, en un lugar importante, a Carlos Mesa, que resistió los embates del gobierno anterior y logró ubicarse a una distancia de menos de 10 puntos en las elecciones, lo que evitó la victoria en primera vuelta de Morales, solo permitida gracias al fraude electoral montado por el MAS, y encendió la chispa de las enormes protestas de octubre.
Y obviamente que también los paros de Potosí y Santa Cruz alimentaron a otras localidades de Bolivia y colocaron al gobierno anterior en una posición de debilidad.
Que concluyeron en el amotinamiento policial y la “sugerencia” de las FFAA de que Morales renunciara.
Pero Camacho y Pumari mostraron rápidamente sus defectos.
Ya se ha mencionado el escándalo de los audios. Hay más, como el que Camacho hubiera señalado que fue su entorno el que promovió tanto el motín policial como la decisión de las FFAA de no reprimir a los manifestantes contrarios a Morales. Ello le quita todo valor a las protestas ciudadanas, pacíficas y multitudinarias, que se organizaron en el país, y alienta la idea de que en Bolivia hubo un golpe de Estado. Con ello, Camacho le hizo un flaco favor a la causa democrática. Y demostró que su deseo de jactarse de las cosas que hace van más allá de su amor por el país.