CEPR - Análisis Preliminar de los Resultados del Informe Final de la Auditoría de la OEA
por Jake Johnston
12 de diciembre de 2019
Introducción
La auditoría final de la OEA de las elecciones bolivianas, publicada el 4 de diciembre, concluye que hubo "manipulación intencional" e "irregularidades graves" que hacen imposible la verificación de los resultados de las elecciones[1]. Pero el siguiente análisis muestra que el informe en sí mismo presenta un relato sesgado y engañoso de los hallazgos de la auditoría, presentando serias inexactitudes y minimizando o ignorando por completo cualquier evidencia que vaya en contra de la narrativa del fraude que la OEA ha promovido desde el día después de las elecciones.
Este análisis no pretende servir como una validación de los resultados electorales en sí mismos. Se trata más bien de un análisis de las conclusiones reales de la OEA y de la neutralidad y el rigor de la propia auditoría. No se trata de apoyar a un partido político o a un candidato por encima de otro. Tampoco se trata únicamente de Bolivia. Se trata de la necesidad de una observación electoral independiente en el hemisferio, y de la responsabilidad de una organización que ha abandonado toda apariencia de neutralidad bajo el liderazgo del Secretario General Luis Almagro.
Un cambio "drástico" e "inexplicable" en la tendencia del recuento de votos
La auditoría final repite la falsa afirmación, que
la OEA alegó al día siguiente de la votación[2], de que hubo un cambio "drástico" e "inexplicable" en la tendencia de los resultados tras la interrupción del sistema preliminar del TREP el 20 de octubre.
Como explicamos en nuestro
informe de noviembre, "Lo que sucedió en el escrutinio de 2019 en Bolivia", el cambio de tendencia fue explicable y predecible, basado en el primer 84 por ciento de los resultados procesados antes de la interrupción del TREP[3] Las hojas de recuento que se contaron más tarde eran más propensas a provenir de áreas que ya habían expresado un patrón claro a favor de Morales. En ninguno de los comunicados o informes de prensa de la OEA se considera seriamente
esta explicación, a pesar de que las diferencias geográficas en el comportamiento electoral son una característica común de las elecciones[4].
En el informe final de auditoría, la OEA cambia ligeramente su análisis, alegando que la verdadera interrupción en la tendencia ocurrió durante el 5 por ciento final de los votos procesados. Sin embargo, los datos proporcionados en las páginas 93-94 de la auditoría final revelan que la participación de Morales en la votación disminuyó en el 5 por ciento final de los votos contados en comparación con el 5 por ciento contado directamente antes, desacreditando el propio análisis de la OEA que pretendía mostrar un cambio en la tendencia.
Además, la tendencia observada en el 5 por ciento final del recuento de votos es de nuevo totalmente predecible, basada en las tendencias previas observadas en las áreas geográficas de donde proceden los votos finales.
Vulnerabilidades de seguridad y manipulación de los resultados electorales
Casi el 50 por ciento de la auditoría final se dedica a las vulnerabilidades de la tecnología de la información y la seguridad en el software electoral. Este análisis concluye con una conclusión: "No es posible para el equipo de auditoría garantizar la integridad de los datos y dar certeza de los resultados." Los auditores de la OEA parecen estar particularmente preocupados por el descubrimiento de un servidor "oculto" que se estableció después de la suspensión del sistema preliminar del TREP el día de la votación y que los autores del informe sugieren que habría permitido la manipulación directa de los resultados de las elecciones.
Al realizar una auditoría de las elecciones, la OEA podría haber realizado una serie de ejercicios de verificación para verificar la legitimidad del voto, es decir, para confirmar si el servidor "oculto" u otras vulnerabilidades de la base de datos se habían aprovechado para manipular realmente los resultados. Estas pruebas son simples y obvias para cualquier persona familiarizada con la observación electoral.
Más preocupante es el hecho de que el informe de auditoría oculta o no proporciona información sobre las verificaciones básicas del material de votación que los auditores llevaron a cabo y que podría proporcionar evidencia -si existe evidencia- de una posible manipulación de los resultados de la votación.
Los auditores analizaron las imágenes de las hojas de recuento de los sitios web de TREP y Cómputo (recuento oficial de votos). El informe de la OEA señala, en la página 82, que en el 99,8 por ciento de los casos, los datos introducidos en el Cómputo (sistema oficial) coincidían con los que figuraban en las propias hojas de recuento.
El informe final de auditoría descarta este hallazgo al señalar que el análisis de imagen no confirma la autenticidad de las hojas de recuento en sí mismas. Pero en ninguna parte del informe los auditores señalan que existen procesos sencillos para verificar las hojas de recuento.
No hay evidencia en el informe de que los auditores de la OEA cotejaran las imágenes de las hojas de recuento publicadas en línea con ninguna de las copias de las hojas de recuento físicas que se entregan a los partidos políticos, notarios y funcionarios electorales locales el día de la votación.
En la página 84 del informe, los auditores observan que se analizaron 894 hojas de recuento, de una muestra estadística de 2.863, a fin de cotejarlas con el material electoral original. El tamaño de la muestra no se explica y sólo se menciona en una nota a pie de página. La OEA informa que se enviaron auditores a cinco departamentos para analizar las 894 hojas de recuento y que, para 230 de las cuales, el material electoral original había sido quemado, lo que impidió su verificación.
En ninguna parte de la fiscalización se facilitan los resultados de la verificación del resto de la muestra. Para ser claros: la OEA realizó un ejercicio de verificación destinado a verificar la validez de las propias hojas de recuento, y no reportó los resultados de ese ejercicio en ninguna parte del informe final de auditoría.
La incapacidad de los auditores de la OEA para verificar las hojas de recuento se debió en gran medida a la destrucción de material electoral. La auditoría incluye la destrucción de material electoral en sus conclusiones de "acciones deliberadas que buscaban manipular los resultados de la elección". En ninguna parte del informe se proporciona información contextual sobre la destrucción de material electoral.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo autónomo de la OEA, encontró que, en los días posteriores a las elecciones, los
manifestantes quemaron edificios electorales departamentales, donde se almacena material sensible, en los departamentos de Chuquisaca, Potosí, Beni y Santa Cruz. Las
noticias locales indican que las oficinas en el departamento de Pando también fueron atacadas durante las protestas. Según la información proporcionada en la página 78 del informe de auditoría de la OEA, el 99,98 por ciento de las hojas de registro quemadas o destruidas y el 100 por ciento de las listas electorales quemadas o destruidas se encontraban en estos cinco departamentos.
Otras supuestas irregularidades
La OEA analizó 4.692 de las hojas de recuento más favorables a Morales de todo el país y realizó análisis de escritura y otros métodos para determinar si habían sido manipuladas. El análisis dio como resultado la identificación de 226 hojas de recuento en las que la misma persona había rellenado dos o más hojas de recuento dentro del mismo centro de votación. La auditoría final de la OEA incluye estas hojas de recuento en sus conclusiones de "manipulación intencional".
Sólo en uno de esos casos la OEA alega que las firmas en las hojas de recuento fueron falsificadas o manipuladas.
El 78 por ciento de los centros de votación afectados son muy pequeños, con cuatro o menos mesas de votación (las hojas de recuento corresponden a estas mesas de votación). Lejos de indicar fraude o manipulación "deliberada" de los resultados, como afirma la OEA, esto es indicativo de un fenómeno bien conocido: en las zonas rurales y en los centros de votación más pequeños, no es infrecuente que una persona rellene la hoja de recuento y luego haga que cada uno de los individuos la firme. Esto es especialmente común cuando las tasas de analfabetismo son altas. Según el artículo 49 del Reglamento Electoral y las guías oficiales emitidas por el TSE, son las firmas que se requieren del resto de los trabajadores y delegados electorales[7].
Además, los resultados reales expresados en las 226 hojas de recuento cuestionadas son consistentes con los resultados mostrados en las hojas de recuento de los mismos centros de votación y los de las localidades geográficas cercanas - muchos de los cuales, debido a que todos ellos se encuentran en áreas abrumadoramente pro-morales, fueron incluidos en la muestra de hojas de recuento analizadas por los auditores de la OEA para su manipulación. Dos tercios de las 226 hojas de recuento estaban en el sistema TREP antes de su interrupción. En pocas palabras: no hay nada besugo en los resultados que aparecen en la mayoría de estas hojas de recuento.
La auditoría final de la OEA toma nota de la presencia de hojas de recuento (preliminares) del TREP introducidas en los resultados (oficiales) de Cómputo. "El vínculo entre el TREP, un sistema abiertamente manipulado, y la Informática Oficial afecta la credibilidad de esta última", afirma la auditoría final. Sin embargo, la auditoría final revela que el 91 por ciento de las hojas de recuento del TREP en los resultados oficiales provienen de centros de votación en el extranjero, lo cual es consistente con el procedimiento establecido, como lo reconoce la propia auditoría final de la OEA.
En el 9 por ciento restante de los casos, las hojas de recuento del TREP se utilizaron en el Cómputo (oficial) porque las copias físicas de las hojas de recuento habían sido quemadas en la violencia postelectoral. Esto se señala en la página 45 del informe final de auditoría.
Conclusión
En conclusión, la auditoría de la OEA identifica irregularidades y vulnerabilidades, muchas de las cuales afectan a las elecciones en todo el hemisferio -y en el mundo-, pero luego concluye que equivalen a la manipulación "deliberada" de los resultados electorales. Al descontextualizar la evidencia que proporcionan, enterrar los resultados que van en contra de sus conclusiones declaradas y ocultar la evidencia que casi con toda seguridad tienen pero que no informan,
la auditoría final de la OEA presenta una imagen engañosa, sesgada e incompleta de las elecciones bolivianas del 20 de octubre. El informe final de auditoría es un intento de engañar al público y justificar la falta de fundamento de la organización -y de su franco secretario general, Luis Almagro- y sus denuncias infundadas de fraude en las elecciones del 20 de octubre en Bolivia.
Lo que la auditoría de la OEA identifica son irregularidades electorales, de las cuales la organización y sus misiones de observación típicamente proveerían recomendaciones para tratar en el futuro. Ciertamente, hay aspectos del sistema electoral boliviano que deben ser mejorados. Pero hay una distinción importante entre irregularidades y fraude, como seguramente sabe el departamento electoral de la OEA. La auditoría final de la OEA no demuestra -ni siquiera argumenta de manera convincente- que los resultados de las elecciones fueron manipulados. Por el contrario,
una lectura cercana de la auditoría final de la OEA revela lo contrario: que a pesar de la existencia de vulnerabilidades e irregularidades, no hay evidencia clara de que los resultados de la elección hayan sido sistemáticamente alterados o manipulados.
T.DeepL
Ah!, ya veo..... en la página 14 se omite deliberadamente a Neotec en el informe, confirmando las conclusiones de Celag....
Eso no es todo, además el informe preliminar de la CEPR que supongo ya has leído, corrobora que la auditoría final de la OEA no verifica sus propias conjeturas técnicas:
Los auditores de la OEA parecen estar particularmente preocupados por el descubrimiento de un servidor "oculto" que se estableció después de la suspensión del sistema preliminar del TREP el día de la votación y que los autores del informe sugieren que habría permitido la manipulación directa de los resultados de las elecciones.
Al realizar una auditoría de las elecciones, la OEA podría haber realizado una serie de ejercicios de verificación para verificar la legitimidad del voto, es decir, para confirmar si el servidor "oculto" u otras vulnerabilidades de la base de datos se habían aprovechado para manipular realmente los resultados. Estas pruebas son simples y obvias para cualquier persona familiarizada con la observación electoral.
¿para qué, si ya habían decidido de antemano que Morales dió un golpe fraudulento a las elecciones??