La guerra -cuando la gente se mata con fines de conquista, reconquista o para alcanzar 'ambiciones'- se suele tipificar como una guerra en términos estrictamente abstractos en lo económico. Sobre todo si se base en contabilidades creativas, de las que son lamentable muestra los PIB que falsean y maquillan la pobreza. Pero no términos tangibles como la defensa del Estado-Nación frente a las corporaciones o de los pueblos ante las oligarquías que precisan retroalimentarse de sangre o miseria. O frente al patriotismo bien entendido y remachado con poder, grandeza y/o poder militar. Si se conjugan -caso de China- nos encontramos ante la nueva realidad hacia la que ineludiblimente bascula el mundo. El mantra de que le Federación Rusa tiene el PIB de Italia no se corresponde en términos que no paga el dinero si en justa comparación hacemos valer la capacidad de los megatones rusos frente a los inexistentes italianos. El dinero, sobre todo si no existe, o es pero traído del futuro y debes devolverlo tiene el problema de que sino puedes hacerlo en términos pecuniarios, lo haces perdiendo soberanía o simplemente, cayendo en la miseria. Que es lo que está pasando en buena parte del mundo con la debida dosis de realidad que toda tramoya precisa.
La guerra es una guerra de economías abstractas o nominales. No hay una economía clásica en Afganistán, pero la guerra no cede allí. Los hutíes tampoco luchan en términos comparables en el plano económico contra los mercenarios equipados por occidente que sirven de ineficaz y salvaje por su ineficacia 'ejército' saudita. O por lo que Hezbolá mantiene quieto-parado a un Tsahal que no se atreve. O que Irán que ha sabido invertir muy bien su capital de conocimiento presente en una asimetría balística que hace mantenerserse alejadas a las escasas Task Force operativas de los millones y millones a buen recaudo.
Es una pena que a la generación de los ‘artilugios’ se les haya enseñado que el que tiene el PIB más alto gana la guerra. Es una política-ficción de ingenieros sociales y muy conveniente para quienes gobiernan el mundo con la ayuda del dinero y que exportan la guerra para asegurarse de que el porcentaje de los ingresos personales o corporativos esté en constante crecimiento. Eso funcionaba en la medida en que la realidad de la economía no era a una entelequia de especulación. Ahora todo es distinto porque el dinero no paga casi nada a la hora de la verdad, de la guerra o cuando la crisis aprieta en retaguardia. Pero sirve para recovertirlo en deuda y miseria, que es por donde se agarra por los narices y se amansa, con la debida cobertura mediática a los pueblos. Depende donde toque.
La agresión a Siria donde se han inversiones millon€$ es -también-, un ejemplo clarificador de la ineficacia de lo intangible frente a la solidez de lo que importa. Eso solo funciona si el algoritmo de la desinformación no está implantado.
Anna News:
¿Cómo se derriban, de momento, los Bayraktar en Karabaj? Activen los subtítulos.