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Se endurece ahora la financiación para la compra y promoción de nuevas viviendas
Las entidades financieras han comenzado a tomar medidas para prevenir que un futuro pinchazo de la burbuja inmobiliaria les salpique o, al menos, que les ponga en dificultades. Bancos y cajas son más escépticos que sus clientes, tanto promotores como compradores de viviendas, a la hora de confiar en el futuro, de modo que han comanzado ya a restringir la financiación a unos y otros, porque los riesgos son evidentes: los primeros pueden encontrarse con un stock de pisos invendibles a corto y medio plazo, con costes financiaeros que pueden comer el margen de beneficio y hasta arruinarlos, y los segundos encontrarse con que los tipos de interés desborden por arriba los sueldos y la renta familiar.
Desde que el euribor cayó a sólo el 2,27% en el 2004, el mejor año para firmar una hipoteca, hasta ahora las cuotas mensuales no han hecho más que subir, lo mismo que los precios de los pisos. Se calcula que para una hipoteca de las de entonces las sucesivas subidas de los tipos de interés han supuesto hasta ahora un incremento del 30% en las cuotas de pago mensual, algo insoportable para no pocas familias. «El precio del dinero ha subido hasta el nivel del año 2000, cuando el euribor casi llegó al 5%, lo mismo que ahora, así que los que hubieran comprado el piso antes vuelven a estar igual, pero los nuevos van a pagar el doble de intereses».
Las restricciones a nuevos créditos son un fenómeno generalizado en toda España, hasta el punto de que las principales empresas constructoras han pedido reunirse urgentemente con el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, para que les ayuden a lavar su anterior imagen de gestores de negocios especulativos y demasiado fáciles. De momento no hay resultados ni compromisos por nincuna de las partes, así que los bancos están cerrando poco a poco el grifo a nuevos créditos y endureciento las condiciones para los que todavía se consideran de riesgo aceptable, «midiendo mucho un dinero que a lo mejor antes concedíamos con demasiada alegría».
De acuerdo con las mismas fuentes, los clientes que quieren acceder a una hipoteca tampoco verán financiada la compra de la vivienda al 100%, como sucedía habitualmente hasta hace poco, sino como mucho hasta el 80% después de pagar el resto como entrada dinero en mano.
Las hipotecas se complican cuando lo que se trata de pagar es una segunda residencia, en cuyo caso la financiación bancaria será aún menor y se medirán con lupa los ingresos familiares para acceder a ellas: el coste mensual del crédito no debe superar más del 40% de la renta familiar.