Cuando el del palo hace el ademán de bajar el otro ya se viene abajo. Se calla y se empieza a ir. Primera ventaja.
Después le deja al otro que tome la distancia del palo y lanza ataques sin mucho sentido, sin entrar en la distancia de alcance de su cimitarra y quedando a expensas del contrataque. También se queda enfrente, en lugar de alejarse del alcance del palo (hacia la izquierda del otro) o acortar la distancia para dificultar un golpe efectivo (hacia la derecha del otro).
Además lo hace igual varias veces y el otro le pilla el truco.
Al contrario, el del palo busca su distancia, no se expone a contrataque con golpes fallidos ni se cansa y observa su mejor opción.
Cuando el otro ha lanzado varios ataques es el momento, está más cansado y no puede permitirle que siga hasta que acierte alguna.
Ahí lanza su contra pero no acierta bien y en ese momento el de la cimitarra tiene su mejor opción a la contra pero es lento y no la aprovecha. También parece estar sorprendido por el buen hacer del otro. Ahí pierde.
En la siguiente no escapa.