El sistema no es injusto, es el regulador del sistema es el que es injusto. Veamos si puedo explicar lo que quiero decir.
Ambos contertulios le aconsejan al ebanista aceptar el trabajo, en pocas palabras, es lo que hay ahora mismo, la opción de estar en el paro es perjudicial para el y así es el sistema si no hay trabajo los salarios bajan y como las lentejas, si las quieres las coges y sino las dejas.
Claro, en estos tiempos de crisis hay que bailar con la más antiestética, pero hay que tener en cuenta que salimos de años con mucha demanda de trabajo, ese ebanista podía haber aprovechado esas circunstancias y por lo tanto en el pasado el salario sería más alto, pero no, el regulador, como siempre, favoreciendo al "más débil".
La frutada para el ebanista es que el más débil no fue el, el más débil fue Juan Valdés, si, ese, el del café, se lo trajeron del cafetal para no subirle el precio al ebanista, y ahora tendremos que mantener al ebanista si opta por el paro y a Juan Valdés que también estará en el paro, además se habrá acogido a la reagrupación familiar para que el factor exponencial de la mano de obra no fracture.
Así pues, creo que el regulador es el culpable, no dejó que el mercado se autorregulara, tuvo que importar masivamente mano de obra para que nuestro ebanista siguiera trabajando con salarios bajos en tiempos de bonanza y se muera de ardor de estomago en tiempos de crisis.
Si el regulador no hubiese intervenido, el ebanista ahora entendería como funciona el mercado, y no tendría miedo, ya hubiera empezado a mover el trastero, cambiaría de sector, se especializaría en otra cosas, lucharía, sabría las reglas del juego y las aceptaría, pero cuando el regulador hace trampas, los de abajo no tenemos otra. Ajo y agua.
¡Sinvergüenzas!