De Sócrates se puede decir en su favor que por lo menos luchaba contra sus impulsos lascivos, pero eso no significa que él, como toda la caterva de filósofos que iban tras él, no fuera un desviado sensual. Lo que pasa es que los griegos, mientras en las palestras tonteaban con adolescentes (con penetración o sin ella), cumplían satisfactoriamente su misión de engendradores con la mujer (o niña) que tenían en casa recluida.
Sócrates embarazaba hasta a las esclavas, probablemente el treinta por ciento de los atenienses modernos descienden de él por línea indirecta. Ello no hace sino confirmar que lo de ser un fornicador imparable y buen guerrero era compatible con tener un amante gays, por lo que no me extrañaría que la relación entre Zeus y Ganimedes fuera cierto.