Si por ellas fuera la humanidad seguiría en las cuevas, no aportan nada.
Pues yo pienso lo contrario, que si no fuera por ellas seguiríamos en las cuevas.
Siempre me imagino a una tribu en una cueva donde todos llevan una vida sencilla y feliz hasta que una troglodita le dice a su troglodito:
- Mira la astuta de la mujer del jefe lleva unas pieles mejores que las mías.
- Pues déjala con sus insensateces. Vamos a comer y a amar y luego a comer y amar otra vez.
- No puedo, sabiendo que esa astuta tiene algo que yo merezco. Tú deberías ser el jefe. Si quieres amar, pilla una cachiporra y te los cargas y te haces jefe.
Y así empezaron las guerras y el progreso tecnológico asociado a ellas y rodo lo demás.
Si no, vean a los bonobos. Siguen viviendo felices porque cuando una hembra les dice que no quiere amar no pasa nada, se aman a otra, o a otro, o se la pelan... Por otra parte las bonobas casi siempre están receptivas. Vamos que casi nunca hay conflicto y cuando lo hay se neutraliza rápido.
La filosofía de vida bonoba se resume en:
- Hemos encontrado comida para todos. Vamos a celebrarlo amando.
- Estamos cansados de amar. Vamos a comer y luego de reposar amamos.
La pega (para nosotros) es que a la hora de amar todo vale. El único tabú sensual por lo visto es tener relaciones padre-hija. Cualquier otro tipo de relación sensual está permitida (progenitora-hijo, progenitora-otra progenitora que pasaba por allí, me la pelo y viene mi prima y ya que está se pone, en esto que viene nuestro abuelo con un amigo y se apuntan...)
Y lo cojonudo de todo es que sus vecinos son chimpancés, físicamente muy parecidos pero de actitud muy belicosa. Sin embargo, han llegado a Hollywood y al espacio. No creo que den envidia a los bonobos. Y si tuvierannalgún trauma se lo quitarían amando.