son organizaciones transnacionales, es lo que aún aquí no se ha comprendido o no se ha tomado demasiado en cuenta
actúan de forma coordinada internacionalmente, los pobre ganaderos de explotaciones familiares no lo están
La idea de que el hombre es un bichito mortal para el planeta entronca perfectamente con esta filosofía "conservacionista". Viene de lejos y a lo más antiguo que llego es a la idea del buen salvaje que pareciera anunciar un agotamiento temprano del sentido de la vida humana en la Tierra. Tal vez se trate de eso precisamente, de que la vida humana realmente carece de sentido según estos modos de pensar. Careciendo de él, todo es contingente y con la modificación de los hábitos alimentarios y el confinamiento en las grandes urbes y extrarradios, parece que se quiere dar "una oportunidad al planeta" para que recupere su espacio perdido a manos de la plaga humana.
Desde este punto de vista no me parece nada extraño todo lo que está ocurriendo y me atrevo a pensar que más que conservación se contempla una regeneración, es decir, que el hombre se urbanice definitivamente dejando enormes extensiones a la naturaleza. Para "el Observador" será una proeza controlar esos dos universos, el urbano y el salvaje, cada cual por su lado y sin rozarse, o al menos no mucho. Esto quiere decir que la vida rural, tal como la hemos conocido "tiende a desaparecer" y que esa es la idea primaria no obstante durante la transición desde el viejo modelo hasta el siguiente implique bregar con conflictos parcheados con soluciones que en el fondo acabarán dando paso al nuevo modelo de gestión humana, por un lado, y natural por otro.
A fin de cuentas los políticos parecen jefes de obra o de fábrica que cumplen cometidos que tal vez no alcanzan a comprender en su completa dimensión ni parece que les importe.
Los medios de producción y las nuevas tecnologías van hacia una nueva distribución del espacio. La futura relación del hombre con la naturaleza -con la realidad en definitiva- será diferida en forma de estancias breves y de sensorialidad incompleta, limitada a la vista y poco más. Viviremos según ésto una realidad virtual construida por y para el hombre, acabando con toda sorpresa natural que a mi juicio forma parte de la experiencia de vivir completa y constituye la realidad fuera de los límites de cada persona.
Todo arranca en la Filosofía rupturista y moderna, y tal vez concluya, para sorpresa de muchos, en una cuestión teológica. Una humanidad dispersa requeriría enormes recursos de control que se ahorran en formatos urbanos y modos únicos de entenderlo todo. Si piensan cómo cosechar más almas con menos esfuerzo entenderán mejor el mundo que viene.