Nosotros empezamos tres, con mucha ilusión, eso si, pero sin tener ni idea, ese es el problema. Empezamos con un dinero que nos legó una tía solterona nuestra de Zarauz, muy buena mujer, y como nos dejó una tierra que quedó en proindiviso entre mi hermano, un primo nuestro que vive en Rentería y yo, y ninguno tenía fruta gana de ponerse a arar, asi pues la vendimos (a la tierra, no a la tía, que en Paz esté) y con los dineros, decidimos emprender.
Mi hermano quería poner un negocio de TeleMarmitako, pero le desanimó la mujer (es del sur, la mujer, de cerca de Llodio) y además mi primo estaba muy motivao con el negocio de Palizas por Encargo, que según él, tenía un nicho de mercado excelente en nuestra zona. Empezamos pues. Desarrollamos una App y todo, no te creas, para poder hacer la contratación del servicio, mantener un buen feed back con el cliente, gestión de cobros... Sacamos también varios packs con ofertas, según la temporada. Por ejemplo, en Navidades (que empezábamos ya en Octubre con el tema) teníamos un servicio que era el Pack Cuñao, le dabamos una somanta de ostras al cuñao de tu elección, que lo dejaba fuera de juego pa las cenas navideñas. También teníamos el Pack Suegra-Accidente, pensao para el verano. Este era un servicio... te diré, muy delicao... al final era peor el remedio que la enfemedad, me explico. Se trataba de dejar fuera de juego a la suegra con una pequeña lesión, y que no se te acoplara en el veraneo y te tocara llevártela a Salou. Pero claro, insisto, es delicao. Te pasabas un pelo y tenías a la suegra ingresada y adios Salou y adios veraneo. No nos tocó hacer reenbolsos ni nada... Luego pusimos un segmento premium y ese fue nuestro fin: el Pack Anoeta. Estaba pensado para satisfacer las necesidades de los pijos del Ensanche cuando los chavales llegan con las notas y merecen una ostra con toda la mano abierta. Era caro, pero oyes, teníamos una plantilla de manomanistas de primer nivel que proporcionaban un servicio de muy alta calidad. Desarrollamos además Anoeta-Azul, pa chiquillos y Anoeta-Colorao, pa las chavalas. Podemos decir que nos mató el éxito. Un grupo de criaturas nos denunció al no sé qué del menor, que ya me dirás tú, si tienes hijos digo yo, que tendrás derecho a soltarles un ostión de vez en cuando, ¿no? Pues se conoce que no, nos entró la Ertzaintza al garito y nos desmantelaron todo.
Edito, todos nuestros proveedores eran nacionales, alguno había de hasta Saint Emilion, pero eso es nacional también. El pago a proveedores era al contado. Siempre.