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Problema centrifugado

Los alcaldes se sumarán ahora a la larga cola de instituciones públicas en busca de crédito

Manel Pérez | 12/09/2010 | Actualizada a las 01:08h | Economía

Bienvenidos, alcaldesas y alcaldes, apúntense a la larga cola de instituciones públicas en busca de crédito! No se cuelen, antes que ustedes están los consejeros de economía de las comunidades. ¿Ven ese de ahí?... Es el señor Gerardo Camps, conseller de Economía de la Generalitat valenciana... y el que le sigue es el señor Antoni Castells, de Catalunya, que quiere colocar cuanto antes una emisión de 1.500 millones de euros...

Elena Salgado ha anunciado esta semana a los responsables municipales que ha derogado la prohibición para pedir más crédito a aquellas corporaciones cuya deuda no supere el 75% de sus ingresos.

Pero es difícil saber si eso es una buena noticia para los municipios españoles, que ciertamente a partir de ahora podrán soñar con recibir financiación de los bancos, o para el Gobierno, que de esta manera deja a los alcaldes cada uno a su suerte y sin la excusa ante sus votantes de que si no hacen más es porque Salgado no les deja.

Tras las vacaciones, el tsunami financiero de mayo queda ya lejos, las dudas sobre la solvencia de algunos países han quedado circunscritas a unos pocos casos menores, como el de Irlanda. España ha colocado desde entonces su deuda pública de manera holgada y a un interés decreciente a medida que caían las hojas del calendario. A corto plazo, las necesidades de financiación del Reino de España son menores que las de la mayoría de sus vecinos, entre ellos la pletórica Alemania. Incluso la banca española ha podido acudir con soltura a mercados internacionales a financiarse.

Pero estos síntomas positivos no deben llevar a engaño. El funcionamiento del sector financiero está lejos de la normalidad, en España, en Europa... y en el mundo.

Por si alguien lo dudaba, el Deutsche Bank ha vuelto a agitar las aguas de los mercados al conocerse que planea una ampliación de capital para recoger 9.000 millones de euros. Si es para hacer frente a más pérdidas y quebrantos o para cubrir los nuevos estándares de capitalización que los banqueros centrales discuten hoy mismo en la apacible ciudad suiza de Basilea, no es aún de conocimiento público. Pero la suspicacia es enorme: pedir tanto dinero apenas un mes después de los tests de estrés que ese banco alemán, como la gran mayoría de los europeos, superó sin problemas no desprende buen aroma. Sólo en el caso de la gran banca alemana, las diez primeras entidades del ranking, algunos analistas hablan de unas necesidades de capital de más de 100.000 millones de euros.

Es decir que en septiembre, como en julio, la preocupación de la banca sigue siendo la de la liquidez... y la calidad de la inversión.

Para hacer frente al primer problema, los banqueros, uno tras otro, se suben al tren de las ofertas cada vez más altas para atraer los depósitos de los clientes. Dinero que debe servir para hacer frente a sus vencimientos de deuda o para prestar sólo a clientes muy solventes... y con un margen de beneficio que empieza a funcionar a partir de ese 4%.

La preocupación por la calidad es todavía más difícil de resolver. El mundo vivió en la pasada primavera la gran crisis de la deuda pública, esa ingente cantidad de crédito captado por los grandes estados para hacer frente a la frenética caída de ingresos y de actividad económica.

Como consecuencia de esa crisis, los estados acabaron reduciendo déficits, recortando gastos... y emitiendo menos deuda de lo que en un principio habían pensado. Aun así, los bancos han acabado atiborrados de títulos de deuda soberana. Según revelaron los tests de estrés de julio, en el caso de la banca española la cifra era de 242.000 millones de euros, entre emisiones de deuda y créditos.

La capacidad de la banca para otorgar nueva financiación a las administraciones es ya prácticamente nula. Las que más están sintiendo ahora los efectos de esa pobre realidad son las comunidades autónomas, pues estas, a diferencia del Estado, no tienen prácticamente acceso a los mercados internacionales. No hace falta ser adivino para imaginar lo que les va a pasar a los alcaldes que ahora acudirán a los bancos como los viajeros que cruzan el desierto cuando divisan un oasis. Les van a dar con la puerta en las narices. Para la banca, la mayoría de los municipios, independientemente del porcentaje de deuda sobre ingresos, son entes en estado de quiebra y sólo les dará crédito con cuentagotas y en condiciones draconianas.

Por eso el anuncio del Gobierno de permitir endeudarse a la mayoría de los ayuntamientos, mientras pervivan las condiciones de crisis financiera aguda, tiene mucho de marketing, aunque responda también a las presiones de los alcaldes. Ha centrifugado el problema. Le permite desaparecer de la cadena de responsabilidad de los problemas de los municipios, que van a ser muchos, pues estos garantizan infinidad de servicios básicos a los ciudadanos sin tener asegurada más que una pequeña parte de los ingresos necesarios para financiarlos. Si la banca no les da el dinero y el Gobierno no está dispuesto a modificar la legislación para que tengan sus ingresos fiscales garantizados, a los alcaldes no les quedará más remedio que encarecer sensiblemente el coste de los servicios que presta a sus votantes.
 
Empiezan a salir ejemplos...

“No soluciona los problemas de los ayuntamientos”

Redacción - viernes 10 de septiembre de 2010 a las 19:29 horas

Alcalá será uno de los municipios que podrán pedir créditos en 2011 tras la rectificación del Gobierno central.

Sin embargo, el alcalde, Bartolomé González, reclamó una vez más la reforma de la financiación local para que los ayuntamientos reciban más dinero del Estado y puedan seguir prestando los servicios a los vecinos. En la Comunidad de Madrid hay diez municipios que no podrán endeudarse, que suponen el 5,5% de los consistorios españoles a los que en 2011 se les cierra el grifo de los créditos.

El alcalde, Bartolomé González, confirmó que la decisión del Gobierno central para que los ayuntamientos se puedan endeudar en 2011 va a permitir al consistorio de Alcalá solicitar créditos el año que viene “porque estamos dentro del parámetro que exige y tenemos la capacidad financiera para poderlo hacer".

No obstante, el alcalde y presidente de la Federación Madrileña de Municipios (FMM) reclamó la reforma de ley de Financiación de Haciendas Locales porque el verdadero problema de los ayuntamientos es poder pagar las deudas contraídas y hacer frente a los gastos corrientes. Según dijo ayer durante la visita al auditorio Paco de Lucía no es una medida que solucione la situación de los ayuntamientos y el Ayuntamiento de Madrid y otros de la Comunidad de Madrid no van a poder pedir préstamos.

El Gobierno central acaba de rectificar su intención inicial de impedir que los ayuntamientos pudieran endeudarse más. Pero la presión de los ayuntamientos y la crisis económica, que pone en riesgo la viabilidad de muchos de ellos llevaron al Gobierno Central a permitir el endeudamiento en 2011. Pero lo hace con condiciones. Muchos ayuntamientos no podrán solicitar créditos porque establece la condición de que no superar el tope del 75% de deuda sobre los ingresos recurrentes.

El 4% de los municipios españoles que tienen una deuda superior al 75% de los ingresos no podrá seguir endeudándose en 2011. Es decir, 310 ayuntamientos de toda España. En el caso de la Comunidad de Madrid serán Madrid, Valdeolmos, Aranjuez, Alcorcón, Galapagar, Móstoles, Villanueva del Pardillo, Villaviciosa de Odón, El Escorial y Collado Villalba.

Además de las dificultades para hacer frente a los gastos, otra dificultad añadida a las mermadas cuentas municipales es la devolución del dinero que el Estado ha entregado a cuenta en 2008 a los ayuntamientos españoles, que en el caso de Alcalá son 4,4 millones de euros. Bartolomé González, reclamó de nuevo una jovenlandesatoria de un par de años para devolver ese dinero, siempre y cuando la situación económica mejore, e incluso la condonación.

A la espera de la reforma de la financiación local, tantas veces reclamada desde el municipalismo, con consistorios que tiene que hacer frente a competencias impropias que se llevan el 30% de sus gastos, la vicepresidenta Elena Salgado, anunció también que los ayuntamientos recibirán el año que viene del Estado un 9% más, lo que supone unos 1.200 millones netos más.

Pero el primer edil tiene sus dudas, al menos hasta que lo vea con sus propios ojos. “Vamos a verlo cuando se presenten los presupuestos, porque la prueba del algodón es cuando se consoliden los presupuestos. A lo largo de los años –prosigue– hemos tenido un retroceso en la participación de los tributos del Estado, que es una de las revindicaciones que siempre hemos tenido los Ayuntamientos, pero hasta que no veamos este proyecto no veremos si es cierto ese 9% que ha anunciado la ministra".

Por último, el alcalde cree que la rectificación del Gobierno para permitir ahora que los ayuntamientos recurran al crédito es por la presión de los más de 8.000 ayuntamientos. Sin embargo, volvió a reprochar la gestión de Pedro Castro, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias y alcalde de Getafe, por estar “más pendiente de las primarias que de los ayuntamientos".
 
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