En lo que llevamos de semana y previo a las primarias que se celebraran en West Virginia, Indiana y North Carolina, y a las convenciones que tendrán lugar en Virginia y Maine han acontecido una serie de hechos que marcan la temperatura de campaña.
Como consecuencia de las votaciones del domingo que se resolvieron con victorias de Ron Paul, por un lado, y como consecuencia de la toma de control de la ejecutiva de Alaska, los cargos cesantes han vaciado las cuentas del partido a nivel estatal y han desviado el dinero a otras cuentas del partido afines, y en Lousiana el GOP de New Orleans ha pedido la dimisión de todos los cargos del partido a nivel estatal y de los diferentes condados al hacerles responsables de la victoria de Ron Paul.
En Wisconsin, pese a que Romney se llevó 33 de los 42 delegados de este estado en la primarias (y Santorum el resto) el GOP de este estado no se fía de la Convención estatal ya que el partido ha doblado el número de militantes en un estrecho margen de tiempo y pretende la inhabilitación de más de la mitad de la delegación que asistirá a la Convención estatal.
En Texas, la decisión de Romney de no asistir al debate organizado por el GOP de este estado, les ha sentado muy mal y está poniéndole la mayor cantidad de trabas posibles, siendo la última declarar que todos los delegados que se están eligiendo en las diferentes convenciones no estarán vinculados a votar al candidato que gane esa convención, dando la posibilidad de que en los condados donde gane Romney el delegado sea pro Ron Paul y vote así en Tampa, y viceversa.
Por último, parece que los caucus del estado de Washington ya están finalizando, aunque no se sabrán a ciencia cierta los resultados hasta la convención estatal, debido a la complejidad del sistema de votación de dicho estado. Aunque cada vez se esta extendiendo más el rumor (incluso en los medios que hasta ahora le hacían el apagón a Ron Paul ) de que este tendría una mayoría suficiente.
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