Los hispanicos somos los mas guerreros del planeta junto a los japoneses, que les pregunten a los romanos. Somos el pueblo que más tiempo ha estado con guerras o revueltas en su territorio y a la vez el que más lejos ha llegado (antes del transporte aereo) en sus batallas. Hasta con japoneses nos hemos zurrado en Filipinas.
Lo de los insultos viene de lejos, contaba el gran historiador Polibio, que acompañaba a Escipión Emiliano en su campaña celtibera, que las tribus peninsulares antes de entrar a la batalla pasaban un montón de tiempo golpeando con las falcatas o las vergas de las lanzas en sus scutum, atizando en un nervio de hierro expresamente colocado para hacer ruido cacerolero y profiriendo todo tipo de insultos al enemigo antes de cargar con furia porcina.
Se daban casos en que los insultos se prolongaban tanto tiempo que al final se ponia el sol y los dos ejercitos tribales se iban ya satisfechos con la descarga verbal. Parece ser que uno de las caracteristicas importantes de un guerrero hispano era su capacidad de proferir insultos ingeniosos al enemigo, porque subia la moral del resto. También los combates singulares eran tradición, entre el bestia de la tribu A y el de la tribu B, pero solia pasar que los animos se caldeaban y acababan zurrandose los ejercitos al completo.
Eso si, si al final tras los insultos de rigor y con las madres de todos los presentes mencionadas, se llegaba a las manos, nadie se rendía (suponia una mancha imperdonable, tanto que al que se habia rendido, si se le apresaba despues de que el enemigo le soltara, se le solia descuartizar y quemar sus restos, y no dárselos a los sagrados buitres o enterrarlo con sus armas inutilizadas, que era el final honroso de un guerrero hispano.
Tras la batalla, entre el valor rayando el suicidio de los guerreros y las devotios cruzadas que obligaban a suicidarse si el régulo de un guerrero moría, quedaban tres o cuatro vivos.
Escipión Africano y Emiliano, asi como varios otros generales romanos se dieron cuenta de que la devotio se cumplia e impresionados empezaron a contratar como guardaespaldas a guerreros hispanos que les juraban devotio personal, nunca se supo de un guardia de corps hispano que traicionara a su jefe e incluso Augusto en plena cuerda floja en la lucha por hacerse con el poder contó con una guardia de corps de feroces celtiberos de calagurris (riojanos, de calahorra) que ni aun cuando pintaban bastos para Augusto lo dejaron de lado. Augusto tras la batalla de Actium y llegada la paz, los licenció con honores militares, dandoles tierras en la zona de la rioja y la ciudadania romana.
Tambien hubo muchas unidades auxiliares de élite hispanas en las legiones, que actuaron por todo el imperio, especialmente famosas las turmas de caballería y las unidades de exploradores. Y como no, los contingentes de honderos baleares que tenian más alcance y pegada que los arqueros cretenses (a los que apedrearon de firme en más de una ocasion jugando en el equipo cartagines o romano).
También que los duelos a muerte eran moneda corriente entre la tropa y nadie les ponía freno, especialmente si el contingente tenia soldados de tribus tradicionalmente rivales, un ejercito celtíbero podia diezmarse el solito si se le dejaba estar suficiente tiempo a la espera. Esto fue aprovechado en varias ocasiones por generales romanos remoloneando el envite.
Ningun ejercito hispano se rindió ante Roma, las legiones sabian que tenian que aniquilar hasta el ultimo guerrero y sin embargo hasta tres legiones se tuvieron que rendir en los 200 años que tardaron los romanos en pacificar la peninsula. Eso si, luego fuimos más romanos que los romanos durante el Imperio.
También cuandos los romanos asediaban una ciudad, el chorreo de insultos desde las murallas duraba varias horas antes de salir en una carga suicida o alguna temeridad por el estilo.
Los hispanos hemos sido siempre temidos a lo largo de la historia como guerreros mercenarios o tropa expedicionaria, y esto se repite desde los fenicios hasta la división azul o los partisanos en el ejercito soviético.
Lo de ahora es circunstancial por la educación y el entorno artificial, todo español lleva un sanguinario celtíbero dentro.