El mercado cuando es mínimamente libre, se va equilibrando.
Internet ha cambiado todas las reglas. Millones de usuarios, que encima no van a pagar por contenidos.
Eso crea un nuevo negocio, que es insertar publicidad. Lo más rentable del posible contenido es hacerlo atractivo para que las empresas paguen por conseguir leads.
Cuando se descubre ese negocio, los más piratas sobrepasan los límites y molestan la navegación del usuario.
Entonces aparecen otras empresas, que se dan cuenta de esta necesidad, y crean software para bloquear estas molestias.
Y al final se buscan formas menos invasivas de publicidad. Es inevitable que haya publicidad, y hasta necesario para que exista negocio. Pero esta publicidad no puede invadir al navegante, porque es contraproducente.
Hay formas mucho más sutiles, prácticas y efectivas de insertar publicidad que empezar a abrir ventanas flotantes que el usuario no buscaba. Google es una de las empresas más exitosas del mundo, y su modelo de negocio está basado en la publicidad no invasiva.
Hasta el punto de que ninguna empresa seria con dos dedos de frente se plantearía hacer publicidad invasiva a estas alturas, porque supondría perder prestigio.
Ahora imagina que desde un principio este camino se hubiera andado a base de decreto. Los políticos siempre van por detrás de la realidad.
Es más, el germen de internet estuvo en manos de los políticos durante 40 años, y no supieron muy bien qué hacer con él. Una sola década en 'manos libres' y revolucionó el mundo.