t_chip
Facilisimo
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¿Por qué la arquitectura española históricamente es una reputísima megamierda?
- Autor del tema Bart.
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Josiño Confinado
El último indígena de las islas Cíes.
Te voy a dar de baja de la suscripción de la vida.
시켈 !
Lonchafinista.
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Bonita plaza que no tengo el gusto de conocer en persona.
Y por desgracia, esto y muchos otros lugares españoles no son conocidos en todo el mundo porque nosotros mismos no sabemos vendernos.
Tu generalización es incorrecta, pero desde luego este edificio si es una fruta sarama, feo de narices.
Recuerdo estudiarlo en bachillerato, cuando lo que habría que hacer es enterrarlo, para flipar.
Dr. P.A.F.
Madmaxista
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La arquitectura española, a nivel monumental, es tan rica, diversa y única que sólo un trol como el OP la toma como mal ejemplo.
Puedo coincidir en que la arquitectura "civil", entendiendo ésta como la residencial y excluyendo de tal categoría todos los edificios religiosos, estatales e institucionales, pudiera ser considerada "pobre" en comparación con la arquitectura de centro Europa o, obviamente, la italiana.
Aquí hablo de la tradicional, pues a partir de finales del XVIII la arquitectura urbana tiende a cierta uniformización
Puedo coincidir en que la arquitectura "civil", entendiendo ésta como la residencial y excluyendo de tal categoría todos los edificios religiosos, estatales e institucionales, pudiera ser considerada "pobre" en comparación con la arquitectura de centro Europa o, obviamente, la italiana.
Aquí hablo de la tradicional, pues a partir de finales del XVIII la arquitectura urbana tiende a cierta uniformización
Mentira.
A nivel de casas tienes:
Casas solariegas de piedra en las castillas y urbes destacadas.
En las montañas tienes Masias, Caserios y Pazos tambien de piedra.
En las llanuras tienes las Fincas y corrales.
En las huertas tienes Barracas y alquerias.
Elmentos anteriormente considerados pobres como los horreos son ahora bastante cotizados.
Las casas eran de buena calidad hasta el siglo 18th y 19th donde debido al crecimiento de las ciudades se crean las barriadas enormes en las ciudades de chabolas. Las casas pobres antes de eso, aunque pobres, estaban alineadas con el estilo regional. En aquel entonces y durante el principio del siglo 20 las ciudades tambien creecen con estilos neoclasicos bonitos, primeros edificios de apartamentos, edificios de banca y oficinas, corralas, mercados centrales etc, pero las barriadas de chabolas en las ciudades crecen y perduran.
Entonces con el desarrollismo franquista se crean barrios obreros de apartamentos aceptables, avenidas etc pero posteriormente nunca se hizo un plan ordenado para el resto.
Es decir, durante la transicion no se hizo el trabajo bien. Se debio derrumbar y dinamitar mucha obra y hacer nueva obra planificada. No se hizo en la cantidad necesaria y dedde entonces no se ha hecho, tampoco en la burbuja en cantidad suficiente. Arrastramos barruos y zonas urbanas que deben ser dinamitadas para construir obra nueva.
En estos momentos ya no cabe salvo derribar mucha obra y hacer obra nueva. Habra zonas que hayan de reconvertirse en verdes.
Durante la burbuja no se derribo lo que se debia.
Ese es el problema.
River in the street
Madmaxista
15 de febrero de 2021
Ya puedes ir muriendote en la cueva del ignore
Ya puedes ir muriendote en la cueva del ignore
BGA
Madmaxista
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Yo creo que los españoles tenemos complejo de inferioridad. La mejor prueba en este sentido es la necesidad que tenemos de ser reconocidos fuera, donde no nos vale que se nos vea normales con nuestras particularidades, sino que solo nos vales sentirnos los mejores o los más valorados.
Pero no siempre fue así y de hecho, según Dña. Elvira Roca, la opinión sobre nosotros en tiempos de esplendor del Imperio, nos daba exactamente igual si fuera una o la contraria. Había mucho que hacer y lo estábamos haciendo. Los que hablaban a través de la Leyenda Negra, salvo sus inspiradores, cuyo propósito era socavar el poder y el prestigio españoles en Europa y en el mundo, encontraron en ella un bálsamo que los permitiría sentirse superiores, no por sus propios méritos de entonces, sino por esa necesidad que tiene todo el mundo de sentirse superior al vecino con motivo o sin motivo.
¿Hay en Europa o en el mundo un pueblo más humillado que el nuestro por algo equivalente a obra tan diabólica como lo es la Leyenda Negra? Pienso que tal vez Turkía y habría motivos de sobra por el peligro que supuso en su avance hasta la católica Viena, el corazón del Sacro Imperio. Recordar aquí que en su defensa no participan los principados protestantes, sus hermanos de sangre -para que luego digan de la hermandad blanca- y que tiene que ser España en la primera oleada turística, y Polonia-Lituania en la segunda y última "hasta ahora", quienes presten su ayuda para evitar la expansión de ese imperio y la imposición del Islam. Pues no me consta que el grado de inquina inspirado contra ese imperio por una "Leyenda" sea equiparable al que sufrió y sigue sufriendo España. ¿No es ésta justificación suficiente para nuestro complejo? ¿No nos recuerdan de tanto en tanto los pasajes más viles de esa leyenda en periódicos documentales "culturales"?
La pérdida del imperio no supuso, como sería lógico pensar, una merma en el ánimo agresivo del antaño enemigo, sino como digo, se reproduce constantemente sin que hagamos nada, ni para merecerlo, ni para atacarlo. Es más, cualquier desgracia para nosotros acaba encontrando justificación en esa Leyenda en la conciencia de muchos, incluso, los propios españoles, que hemos interiorizado punto por punto el mayor engaño y éxito de la propaganda que vieran los siglos.
"Si hubiéramos sido" esto o aquello, hoy nos iría mejor, dicen muchos sin pensar lo que dicen dejándose llevar por una narrativa en absoluto ingenua, ni crítica en sentido constructivo, ni justa por querer comparar nuestro pasado con el brillante presente de algunas de esas potencias que entonces temblaban si había alguna declaración de guerra.
Las Españas Americanas fueron provincias en las que al modo de Roma la metrópoli peninsular dejó lo mejor de sí misma. El relato "oficial" no se mueve sin embargo entre la codicia por el oro y el genocidio. No será suficiente recordar que algunas de sus ciudades son ahora patrimonio de la humanidad y que en su construcción participaron los propios americanos dejando en cada rincón detalles de su propia cosmovisión artística. Pues con todo, el relato genocida y codicioso por nuestra parte, sigue gozando de excelente salud. Y no somos solo los españoles los que avivamos esa brasa fraudulenta, como sostienen alguno para los que la L. Negra es ya solo una cuestión interna.
Las guerras de religión no las iniciamos nosotros ni en general los católicos. Recuerden que Carlos V había permitido el culto luterano a cambio de respetar las propiedades de la Iglesia y la libertad de culto católico en aquellos principados protestantes, cosa que no aceptaron yendo después a la guerra. La "memoria histórica" nos relata, sin embargo, que esas guerras fueron factura de la intolerancia católica. Y aquí aparece la famosa Inquisición Española, no italiana, francesa o portuguesa.... pero tampoco las flamantes inquisiciones luteranas y calvinistas que en su corto recorrido vital, se llevaron por delante tantas víctimas inocentes que hubiéramos necesitado 10 imperios consecutivos para igualar su "celo religioso". Pero el sambenito lo padecemos nosotros.
El "oro", el genocidio indígena, el número de muertes y la persecución religiosa, son las piezas clave de esa Leyenda que al mismo tiempo impide la penetración en sus propias miserias. La práctica desaparición de etnias que tuvieron la mala suerte de encontrarse con el hombre "blanco" alrededor del mundo; el saqueo sistemático de sus recurso dejando tras de sí "factorías" abandonadas en vez de catedrales, palacios y edificios administrativos, no son razones suficientes como para obligar a nuestros "socios" a levantar el pie del acelerador de la infamia. Y si lo hacen, es por condescendencia, como un permitirnos respirar mientras nos sigue mirando por encima del hombro.
Si es cierto que podemos ser dueños de nuestros complejos, no es menos cierto que otros sacan ventaja de que los alimentemos. En este mundo no se deshace uno de sus ventajas si no se las quitan a ostras. Por lo tanto, dejen de buscar fuera miradas cómplices y gestos complacientes porque no los encontrarán. Acaso sí en individuos aislados que se han tomado la molestia de inculturarse entre nosotros, pero son la minoría que confirma la regla.
Diré algo que sonará extraño y para algunos odioso. Un pueblo que es capaz de asumirse en los vergonzosos extremos de la L. Negra, es un pueblo introspectivo y con un elevado sentido jovenlandesal de las cosas. Sin esas dos propiedades, lo que se dijera fuera de nosotros nos importaría un bledo, como le importa un bledo el sufrimiento de sus víctimas al orate... Introspección y sentido jovenlandesal de la vida son propiedades de la inteligencia en su sentido más universal, lejos de ver la inteligencia como una herramienta para detectar oportunidades... Por eso triunfa, además de por su empeño, la L. Negra en nuestros país: sabemos que no lo hicimos todo bien y que en algunos momentos lo hicimos mal. Ese reconocimiento otros pueblos lo tienen vedado, y si algún día llegaran a asumir sus propias vergüenzas a la "manera española", será tanta su amargura que preferirán esconderse debajo de las piedras.
No es honesto justificar los errores propios en los ajenos, pero tampoco lo es culpabilizarnos como si los demás no hubieran cometido los mismos errores incluso mucho peores y prolongados a lo largo de siglos.
Como bien han apuntado otros foreros, nuestro patrimonio artístico tiene su mejor representación en edificios destinados al culto religioso y a la defensa. Ningún país en Europa tuvo que luchar ocho siglos para reconstruir el "reino perdido" y mientras aquí las razias morunas eran habituales poniendo en jaque haciendas y vidas, en la "segura Europa del norte" -gracias al freno hispano en Occidente- podían planificar a largo plazo y comerciar sin mayores problemas con sus vecinos. Las guerras entre ellos no implicaban la destrucción de sus países. La victoria y la derrota cambiaban casas reinantes pero no era lo normal -según creo- el saqueo sistemático y el arrase de las ciudades. Construían grande y bonito y el dinero no les faltaba. Palacios impresionantes a la altura de impresionantes construcciones administrativas y religiosas. No tuvimos durante siglos esa "normalidad" y no obstante somos, como han dicho, la segunda o tercera potencia europea y la tercera o cuarta a nivel mundial, detrás de países como Italia, China y tal vez Francia. No está mal para un país con la azarosa historia que tenemos. Y como también se ha apuntado, si incluimos las obras hispánicas repartidas por América, ni China estaría por encima nuestro. Y lo mejor de todo es que no podemos presumir de un gran inventario de obras señoriales ni burguesas, sino religiosas, hospitalarias, universitarias y en menor medida administrativas. No fue por falta de medios sino por un espíritu hoy incomprendido.
Hay motivos de sobra para sentirnos orgullosos del legado recibido. Pero es menester conocer la historia, nuestra y comparada para evitar la tentación de vernos como los más perversoss en la mayoría de los casos, o como campeones olímpicos en los menos.
Cada uno ve en su progenitora una mujer extraordinaria y esa visión no es por la vía de los ojos de la cara sino del corazón. Ser patriota no implica estar convencido de que su patria es la mejor, pues qué mérito tendría, sino por ser la suya, como su progenitora que no necesita ser la más guapa ni la mejor vestida. Es suficiente que sea su progenitora y aunque imperfecta, no dejará de ser nunca su progenitora, incluso después de muerta.
Pero no siempre fue así y de hecho, según Dña. Elvira Roca, la opinión sobre nosotros en tiempos de esplendor del Imperio, nos daba exactamente igual si fuera una o la contraria. Había mucho que hacer y lo estábamos haciendo. Los que hablaban a través de la Leyenda Negra, salvo sus inspiradores, cuyo propósito era socavar el poder y el prestigio españoles en Europa y en el mundo, encontraron en ella un bálsamo que los permitiría sentirse superiores, no por sus propios méritos de entonces, sino por esa necesidad que tiene todo el mundo de sentirse superior al vecino con motivo o sin motivo.
¿Hay en Europa o en el mundo un pueblo más humillado que el nuestro por algo equivalente a obra tan diabólica como lo es la Leyenda Negra? Pienso que tal vez Turkía y habría motivos de sobra por el peligro que supuso en su avance hasta la católica Viena, el corazón del Sacro Imperio. Recordar aquí que en su defensa no participan los principados protestantes, sus hermanos de sangre -para que luego digan de la hermandad blanca- y que tiene que ser España en la primera oleada turística, y Polonia-Lituania en la segunda y última "hasta ahora", quienes presten su ayuda para evitar la expansión de ese imperio y la imposición del Islam. Pues no me consta que el grado de inquina inspirado contra ese imperio por una "Leyenda" sea equiparable al que sufrió y sigue sufriendo España. ¿No es ésta justificación suficiente para nuestro complejo? ¿No nos recuerdan de tanto en tanto los pasajes más viles de esa leyenda en periódicos documentales "culturales"?
La pérdida del imperio no supuso, como sería lógico pensar, una merma en el ánimo agresivo del antaño enemigo, sino como digo, se reproduce constantemente sin que hagamos nada, ni para merecerlo, ni para atacarlo. Es más, cualquier desgracia para nosotros acaba encontrando justificación en esa Leyenda en la conciencia de muchos, incluso, los propios españoles, que hemos interiorizado punto por punto el mayor engaño y éxito de la propaganda que vieran los siglos.
"Si hubiéramos sido" esto o aquello, hoy nos iría mejor, dicen muchos sin pensar lo que dicen dejándose llevar por una narrativa en absoluto ingenua, ni crítica en sentido constructivo, ni justa por querer comparar nuestro pasado con el brillante presente de algunas de esas potencias que entonces temblaban si había alguna declaración de guerra.
Las Españas Americanas fueron provincias en las que al modo de Roma la metrópoli peninsular dejó lo mejor de sí misma. El relato "oficial" no se mueve sin embargo entre la codicia por el oro y el genocidio. No será suficiente recordar que algunas de sus ciudades son ahora patrimonio de la humanidad y que en su construcción participaron los propios americanos dejando en cada rincón detalles de su propia cosmovisión artística. Pues con todo, el relato genocida y codicioso por nuestra parte, sigue gozando de excelente salud. Y no somos solo los españoles los que avivamos esa brasa fraudulenta, como sostienen alguno para los que la L. Negra es ya solo una cuestión interna.
Las guerras de religión no las iniciamos nosotros ni en general los católicos. Recuerden que Carlos V había permitido el culto luterano a cambio de respetar las propiedades de la Iglesia y la libertad de culto católico en aquellos principados protestantes, cosa que no aceptaron yendo después a la guerra. La "memoria histórica" nos relata, sin embargo, que esas guerras fueron factura de la intolerancia católica. Y aquí aparece la famosa Inquisición Española, no italiana, francesa o portuguesa.... pero tampoco las flamantes inquisiciones luteranas y calvinistas que en su corto recorrido vital, se llevaron por delante tantas víctimas inocentes que hubiéramos necesitado 10 imperios consecutivos para igualar su "celo religioso". Pero el sambenito lo padecemos nosotros.
El "oro", el genocidio indígena, el número de muertes y la persecución religiosa, son las piezas clave de esa Leyenda que al mismo tiempo impide la penetración en sus propias miserias. La práctica desaparición de etnias que tuvieron la mala suerte de encontrarse con el hombre "blanco" alrededor del mundo; el saqueo sistemático de sus recurso dejando tras de sí "factorías" abandonadas en vez de catedrales, palacios y edificios administrativos, no son razones suficientes como para obligar a nuestros "socios" a levantar el pie del acelerador de la infamia. Y si lo hacen, es por condescendencia, como un permitirnos respirar mientras nos sigue mirando por encima del hombro.
Si es cierto que podemos ser dueños de nuestros complejos, no es menos cierto que otros sacan ventaja de que los alimentemos. En este mundo no se deshace uno de sus ventajas si no se las quitan a ostras. Por lo tanto, dejen de buscar fuera miradas cómplices y gestos complacientes porque no los encontrarán. Acaso sí en individuos aislados que se han tomado la molestia de inculturarse entre nosotros, pero son la minoría que confirma la regla.
Diré algo que sonará extraño y para algunos odioso. Un pueblo que es capaz de asumirse en los vergonzosos extremos de la L. Negra, es un pueblo introspectivo y con un elevado sentido jovenlandesal de las cosas. Sin esas dos propiedades, lo que se dijera fuera de nosotros nos importaría un bledo, como le importa un bledo el sufrimiento de sus víctimas al orate... Introspección y sentido jovenlandesal de la vida son propiedades de la inteligencia en su sentido más universal, lejos de ver la inteligencia como una herramienta para detectar oportunidades... Por eso triunfa, además de por su empeño, la L. Negra en nuestros país: sabemos que no lo hicimos todo bien y que en algunos momentos lo hicimos mal. Ese reconocimiento otros pueblos lo tienen vedado, y si algún día llegaran a asumir sus propias vergüenzas a la "manera española", será tanta su amargura que preferirán esconderse debajo de las piedras.
No es honesto justificar los errores propios en los ajenos, pero tampoco lo es culpabilizarnos como si los demás no hubieran cometido los mismos errores incluso mucho peores y prolongados a lo largo de siglos.
Como bien han apuntado otros foreros, nuestro patrimonio artístico tiene su mejor representación en edificios destinados al culto religioso y a la defensa. Ningún país en Europa tuvo que luchar ocho siglos para reconstruir el "reino perdido" y mientras aquí las razias morunas eran habituales poniendo en jaque haciendas y vidas, en la "segura Europa del norte" -gracias al freno hispano en Occidente- podían planificar a largo plazo y comerciar sin mayores problemas con sus vecinos. Las guerras entre ellos no implicaban la destrucción de sus países. La victoria y la derrota cambiaban casas reinantes pero no era lo normal -según creo- el saqueo sistemático y el arrase de las ciudades. Construían grande y bonito y el dinero no les faltaba. Palacios impresionantes a la altura de impresionantes construcciones administrativas y religiosas. No tuvimos durante siglos esa "normalidad" y no obstante somos, como han dicho, la segunda o tercera potencia europea y la tercera o cuarta a nivel mundial, detrás de países como Italia, China y tal vez Francia. No está mal para un país con la azarosa historia que tenemos. Y como también se ha apuntado, si incluimos las obras hispánicas repartidas por América, ni China estaría por encima nuestro. Y lo mejor de todo es que no podemos presumir de un gran inventario de obras señoriales ni burguesas, sino religiosas, hospitalarias, universitarias y en menor medida administrativas. No fue por falta de medios sino por un espíritu hoy incomprendido.
Hay motivos de sobra para sentirnos orgullosos del legado recibido. Pero es menester conocer la historia, nuestra y comparada para evitar la tentación de vernos como los más perversoss en la mayoría de los casos, o como campeones olímpicos en los menos.
Cada uno ve en su progenitora una mujer extraordinaria y esa visión no es por la vía de los ojos de la cara sino del corazón. Ser patriota no implica estar convencido de que su patria es la mejor, pues qué mérito tendría, sino por ser la suya, como su progenitora que no necesita ser la más guapa ni la mejor vestida. Es suficiente que sea su progenitora y aunque imperfecta, no dejará de ser nunca su progenitora, incluso después de muerta.
pasapiseroverde
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A partir de los años 50 de dicho siglo.
friki
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Los Muy de derechas de la leyenda negra es pa darles con la mano abierta en toda la cara.
¿Es que no tienes suficiente visto lo que es España? ¿No lo ves? ¿No te das cuenta de que es un país perversos lleno de ralea criminal asesina, ladrona, corrupta, que todo lo joroba y lo hace mal y no sabe crear empresas ni hacer negocios y todo su imperio es una cosa identica a España?
La leyenda negra no es ninguna leyenda, es la realidad. Aún se aprecia bastante a España por el mundo para la sarama de gente que es.
¿Es que no tienes suficiente visto lo que es España? ¿No lo ves? ¿No te das cuenta de que es un país perversos lleno de ralea criminal asesina, ladrona, corrupta, que todo lo joroba y lo hace mal y no sabe crear empresas ni hacer negocios y todo su imperio es una cosa identica a España?
La leyenda negra no es ninguna leyenda, es la realidad. Aún se aprecia bastante a España por el mundo para la sarama de gente que es.
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