Artículo indicando de soslayo que la carestía de la vivienda es el principal motivo de la baja natalidad. Todas las medidas para favorecer la natalidad que realiza el GV, mientras no se toque el tema del acceso a la vivienda, tendrán una efectividad muy reducida.
El alquiler protegido es la única «opción» de que la juventud vasca se vaya de casa | El Correo
El alquiler protegido es la única «opción» de que la juventud vasca se vaya de casa
Euskadi es donde más caro les sale comprar una vivienda en España, hasta el punto de optar sólo a las de menos de 50 metros cuadrados
JOSÉ DOMÍNGUEZ
Domingo, 21 enero 2018, 01:24
Nadie debería destinar más del 30% de su sueldo neto para disfrutar de una vivienda para poder vivir dignamente. Así lo recomiendan instituciones y asociaciones de consumidores. La realidad, sin embargo, se presenta bien distinta, incluso utópica para muchos. Lo revela el Observatorio Vasco de la Juventud en su último informe, que remarca que un menor de 34 años debería duplicar prácticamente su nómina para cumplir ese requisito si quiere comprarse un piso, o incluso tendría que cobrar más todavía si lo que desea es recurrir en solitario al mercado del alquiler. Según este organismo, la única «opción viable» que les queda a los jóvenes es el arrendamiento protegido, aunque el acceso al mismo parece estar al alcance de muy pocos: la escasa oferta disponible se erige en el principal obstáculo para lograrlo.
El director de Juventud del Gobierno vasco, Ander Añibarro, reconoce lo «preocupante» de estas cifras: «El salario medio de un joven no supera los 1.200 euros y debe destinar el 54,9% de su sueldo si contrata una hipoteca». Además, a lo máximo que puede optar es a pisos de menos de 50 metros cuadrados. Y eso que estos porcentajes se han reducido drásticamente en los últimos años ya que en 2007, antes del inicio de la crisis y el desplome de los precios del mercado inmobiliario, prácticamente tenía que invertir el sueldo entero al préstamo. La situación, además, se complica en Euskadi respecto al resto de España, donde la vivienda es más barata y rebaja al 45,7% las exigencias.
El joven se caracteriza por tener empleos inestables y sueldos cuya media no supera los 1.200 euros
PRECARIEDAD LABORAL
El problema para este colectivo es que la alternativa del alquiler en el mercado libre tampoco se presenta para nada halagüeña. Según el estudio coordinado por Joffre López, el coste de una renta mensual no deja de subir. Y Maialen Olabe, presidenta del Consejo de la Juventud de Euskadi, incide en la falta de medidas para revertir esta situación. «Año tras año, la situación va a peor», lamenta, y el «sobreesfuerzo» que se exige es mayor, especialmente a los menores de 25 años, que el propio estudio reconoce que quedan excluidos incluso de la renta protegida. Una situación más problemática si cabe porque el alquiler libre es la opción preferida de los jóvenes para emanciparse, «dadas las condiciones laborales y salariales con las que trabajamos y lo complicado que es acceder a una hipoteca». Porque los bancos no conceden prestamos a este colectivo sin avales.
Seis años de retraso
La empleo y la mejora de su calidad es precisamente, a juicio de Añibarro, una de las prioridades que el Gobierno vasco se ha marcado en los programas de intervención con la juventud, el Gazte Plana, además de la educación y la vivienda. «El paro entre los menores de 30 años está en el 17,25%, es decir, ha caído cinco puntos en un año, y queremos que se sitúe por debajo del 15% en 2020», avanza. Y al mismo tiempo, confía en que vayan mejorando sus condiciones progresivamente, una evolución que garantizaría el relevo generacional que impone el proceso de envejecimiento de la población y que «irá abriendo espacios que podremos aprovechar, porque tenemos a la juventud mejor preparada de la historia del País Vasco».
Las claves
30 años es la edad media a la que los jóvenes abandonan el domicilio familiar en Euskadi. Sólo uno de cada cuatro logra hacerlo antes.
258 euros menos de media cobra la mujer joven, lo que complica aún más su emancipación al exigirle el 73% de su salario.
A su juicio, las mejoras encaminadas a un adelanto de la edad de emancipación mejorarán muchos otros aspectos de la sociedad. «La juventud quiere emanciparse al menos seis años antes de cuando puede hacerlo en realidad y eso está acentuando el proceso de envejecimiento porque no se tiene el primer hijo hasta los 32, ya no se llega a los dos de media por pareja...».