El problema de la narrativa del peakoil es precisamente ese.
La gente piensa que peak oil es igual a barril por las nubes y no es así.
Peak oil significa inestabilidad. Está muy caro, pues cae la demanda y se hunden los precios. En estos instantes los precios están caros para los consumidores y baratos para los productores. Ambos están sufriendo.
Si subiera mucho, pues no sé consumiría nada, por ello los bancos centrales se han metido por medio.
La edad de piedra no se terminó con el final de las piedras, eso es cierto. También es cierto que es un símil tan ridículo como comparar un hacha con un cohete. Por lo mismo que una hormiga levanta siete veces su peso y un elefante no, cuanto más complejo es un sistema, los rendimientos cambian.
Están planteando que el sustituto de las piedras van a ser las renovables, que son maravillosas. Tan maravillosas son, que hay que financiarlas con deuda.
En la era del petróleo se pasó de una economía del carbón a una de petróleo en cuestión de pocas décadas y fue como un tiro. Pateabas una piedra y salían chorros de petróleo. Una fiesta. Ahora lo tienen que buscar en el fondo del mar o con técnicas que precisan de barril a 150, que cómo sabemos no lo soporta la economía.
Pretenden sustituir esto con plaquitas, molinos, hidrógeno verde y baterías. No me cansaré de repetirlo, las renovables son antieconómicas y por ello hacen falta crearlas con estímulos monetarios.
Cuando el petróleo salía a chorros del suelo no hacía falta imprimir dólares.
