Aquí, entre nosotros, no se lo digáis a nadie. Iglesias había determinado dejar la política activa antes del final de esta legislatura desde finales de verano del año pasado.
El adelanto de las elecciones madrileñas solo ha acelerado un poco el proceso.
Ni Ayuso, ni Monasterio, ni Vox, ni Alvise.
Y no por nada, Iglesias puede ser muchas cosas, pero en política no es un analfabeto ni un menso y hace tiempo que sabía que estaba amortizado, que alguien con su imagen y la presión surgida sobre él no tenía ya la menor opción de nada, al revés.
Por ciertos movimientos internos ya se podía vislumbrar desde otoño.