¿Os gusta ser unos rellenitos de las harinas?

Yo acabo de cenar antes de las 8, y sobre las 9 me como unos cacahuetes. O una manzana, eso me quita el hambre para toda la noche.

Otro truco es beber leche, que es lo que se les mete a los crios antes de ir a la cama.
 
Casi siempre me entra un hambre atroz 2 o 3 horas después de cenar. He intentado acostarme antes, cenar más tarde, pero no consigo parar la rutina de "merendar" a altas horas, sin eso me cuesta bastante quedarme dormido. También he probado con lo de las 5 comidas diarias para no tener picos de apetito, pero me parece un ******, no tengo tanto hambre por la mañana y puedo pasar perfectamente sin desayuno ni merienda, el problema es que la cena es mi comida más fuerte del día y aún así me da hambre al rato.Por supuesto no se me antoja un plátano o una manzana, sino cosas dulces o grasientas. Lo que tenga a mano, aunque no haya comprado cosas de esas específicamente me apaño para darme un atracón. Si no tengo dulces, comida rápida o gusanitos me las apaño para comerme cualquier cosa mínimamente apetecible. He llegado a meterme al cuerpo a las dos de la mañana medio chorizo de Palacios acompañado de un bote de guindillas entero (bebiéndome el vinagre y todo), y esto después de comerme un bocata de tortilla de patatas de media barra. O cenar una pizza precocinada con dos natillas de postre y aún así, acabar ventilándome media docena de croquetas de un tupper. O ponerme algo encima del pijama y caminar de madrugada y bajo cero 10 minutos de ida y 10 de vuelta hasta una máquina de vending y volver con 3 kitkat y una bolsa de 20 gominolas que me comí por el camino

No es normal, lo sé, y entiendo que os parezca hasta gracioso, pero no es fácil convivir con ello. Consigues una felicidad efímera, que te dura mientras te das el atracón y poco más; a cambio te duermes con remordimientos y durante el día lo recuerdas abochornado, sintiéndote la peor fruta cosa del mundo, te prometes que no volverá a pasar y al día siguiente vuelta a empezar. Empiezo la mayoría de los días cagando como un diplodocus, con el estómago pesado, mal dormido y comiéndome el coco. "No puedo seguir así", me digo, pero en el momento clave no me escucho. Tengo bastante fuerza de voluntad para otras cosas, pero en esto llega un punto en el que pierdo el control, no puedo evitar empezar y no sé parar.

Cuando te da un poco igual pues bueno, convives con ello, lo asumes como una rémora que te acompañará por siempre. El problema es que llevo unos meses comiendo más o menos sano en las comidas normales y haciendo más ejercicio, en general intentando ser más sano. Voy bajando kilos, pero a un ritmo menor del que debería, y con la sensación de que será una pérdida temporal porque no he solucionado el problema de fondo. Es bastante frustrante.

Es el puñetero ansia viva. Da igual lo que haya comido durante el día, que como no pique algo justo antes de irme a la cama no me puedo ni dormir. Leyendo testimonios y consejos sobre este tema en la red no veo más que tontunas en plan coaching: motívate, sé fuerte, visualiza tu vida sin glotonería, reordena tus prioridades...Palabrería que no resuelve nada y solo te hace sentir peor por no lograrlo. Lo peor es que no viene solo de vendehumos, sino de nutricionistas y psicólogos que se supone que son profesionales cualificados. Así que bueno, voy a probar aquí a ver si me dais algún buen consejo sobre cómo enfocar el tema.


Comete un bocata de panceta adobada y otro de tortilla de patata con pimientos verdes fritos.................. y nos cuentas
 
Yo hago eso casi cada día, pero sin remordimientos, por lo que creo que es peor. Hoy he cenado fish and chips y para antes de dormir tengo una tableta de chocolate y unos donuts
Qué fuerte. Vas a ponerte como un queso de bola.
 
Leo que practicas el ayuno intermitente pero saltándote el desayuno.
Si consigues variarlo y saltarte la cena, progresarás más rápido en la pérdida de kilos e imagino que es mejor para la salud.
Lo malo es que es más difícil acostumbrarte y si el control de los impulsos no lo llevas bien, será un suplicio y complicado de continuar.
 
Casi siempre me entra un hambre atroz 2 o 3 horas después de cenar. He intentado acostarme antes, cenar más tarde, pero no consigo parar la rutina de "merendar" a altas horas, sin eso me cuesta bastante quedarme dormido. También he probado con lo de las 5 comidas diarias para no tener picos de apetito, pero me parece un ******, no tengo tanto hambre por la mañana y puedo pasar perfectamente sin desayuno ni merienda, el problema es que la cena es mi comida más fuerte del día y aún así me da hambre al rato.Por supuesto no se me antoja un plátano o una manzana, sino cosas dulces o grasientas. Lo que tenga a mano, aunque no haya comprado cosas de esas específicamente me apaño para darme un atracón. Si no tengo dulces, comida rápida o gusanitos me las apaño para comerme cualquier cosa mínimamente apetecible. He llegado a meterme al cuerpo a las dos de la mañana medio chorizo de Palacios acompañado de un bote de guindillas entero (bebiéndome el vinagre y todo), y esto después de comerme un bocata de tortilla de patatas de media barra. O cenar una pizza precocinada con dos natillas de postre y aún así, acabar ventilándome media docena de croquetas de un tupper. O ponerme algo encima del pijama y caminar de madrugada y bajo cero 10 minutos de ida y 10 de vuelta hasta una máquina de vending y volver con 3 kitkat y una bolsa de 20 gominolas que me comí por el camino

No es normal, lo sé, y entiendo que os parezca hasta gracioso, pero no es fácil convivir con ello. Consigues una felicidad efímera, que te dura mientras te das el atracón y poco más; a cambio te duermes con remordimientos y durante el día lo recuerdas abochornado, sintiéndote la peor fruta cosa del mundo, te prometes que no volverá a pasar y al día siguiente vuelta a empezar. Empiezo la mayoría de los días cagando como un diplodocus, con el estómago pesado, mal dormido y comiéndome el coco. "No puedo seguir así", me digo, pero en el momento clave no me escucho. Tengo bastante fuerza de voluntad para otras cosas, pero en esto llega un punto en el que pierdo el control, no puedo evitar empezar y no sé parar.

Cuando te da un poco igual pues bueno, convives con ello, lo asumes como una rémora que te acompañará por siempre. El problema es que llevo unos meses comiendo más o menos sano en las comidas normales y haciendo más ejercicio, en general intentando ser más sano. Voy bajando kilos, pero a un ritmo menor del que debería, y con la sensación de que será una pérdida temporal porque no he solucionado el problema de fondo. Es bastante frustrante.

Es el puñetero ansia viva. Da igual lo que haya comido durante el día, que como no pique algo justo antes de irme a la cama no me puedo ni dormir. Leyendo testimonios y consejos sobre este tema en la red no veo más que tontunas en plan coaching: motívate, sé fuerte, visualiza tu vida sin glotonería, reordena tus prioridades...Palabrería que no resuelve nada y solo te hace sentir peor por no lograrlo. Lo peor es que no viene solo de vendehumos, sino de nutricionistas y psicólogos que se supone que son profesionales cualificados. Así que bueno, voy a probar aquí a ver si me dais algún buen consejo sobre cómo enfocar el tema.
Desengañate:Vasito de leche y 2 magdalenas (pequeñas claro)
 
1 kilo menos por semana, si logras mantenerlo, es un buen promedio. Ten en cuenta que ahora bajas rápido incluso haciendo algunas cosas mal porque partes de mucho sobrepeso, según vayas acercándote a tu peso ideal lo normal es que la bajada sea más lenta.
 
Leo que practicas el ayuno intermitente pero saltándote el desayuno.
Si consigues variarlo y saltarte la cena, progresarás más rápido en la pérdida de kilos e imagino que es mejor para la salud.
Lo malo es que es más difícil acostumbrarte y si el control de los impulsos no lo llevas bien, será un suplicio y complicado de continuar.

Nope
 
Sigue siendo un hilo interesantísimo, incluso las polémicas tienen su miga (insultos aparte)

Actualizo:

-De momento me encuentro bien, el hambre nocturno sigue ahí, pero al menos noto que las ingestas son menores, y que por no tener cosa en casa, pues cosa que no como. La única excepción ha sido el cuarto kilo de pastas que me regalaron y que me comí ayer entre el postre de la comida y el atracón nocturno. Sí que he notado al día siguiente que me sentía empachado, cosa que antes no me pasaba aunque me pegase un atracón más rellenito. Es como si por fin el cuerpo me "castigase" por darle semejante trabajo digestivo a lo simple.

-La pasta integral una vez por semana como transición tampoco creo que sea tan chunga. Los crackers a los que me refiero son minitostas integrales, son tirando a sosos, así que no creo que tengan tanta sal. Con un paquete de 100 gramos voy para el cuarto día, antes me podía comer media barra diaria en promedio. ¿No son las mejores alternativas? Pues no, pero me parece un paso en la buena dirección.

-Estoy rellenito, pero como dije, no soy una persona especialmente sedentaria, pues camino bastante, de siempre he ido a hacer ejercicio a la piscina o el gimnasio (a rachas, eso sí), en fin, no soy el típico rellenito de carrito en el Wal Mart. De mis tiempos de ir al nutricionista recuerdo que me dijo que aparte de una tonelada extra de grasa, tenía bastante masa muscular, no recuerdo cuánto, pero sí que era bastante.

Eres la prueba de que solo quitando buena parte de la cosanga procesada se consiguen maravillas.

Lo de las cokes mu mal. Combate el mono con hidratos buenos. Un boniato al horno con canela y miel. Algo mas de arroz a la semana. Unos datiles o unos higos...

Si consigues estar un mes sin tomar esa cosa ya no te apetecera, y los tres meses te dara ardor de estomago.

Es preferible que te tomes una cerveza a una cocacola, y si es un vino ya lo bordas. Opcion cerocarb refrescante (pal verano), sifon, vino verdejo hielo y limon.

La fruta pasta ya no es que engorde es que es muy inflamatoria. Si fuese un integral que no sea trigo aun tendria pase.
 
A mi me ha pasado eso de "venga, me porto bien, ceno ligerito y pronto para la cama" y al final remoloneas y al cabo de 3 horas sigues despierto y con hambre. Solucion, pasando de cenar ligero, se cena como dios manda. Alguna vez que he cenado en plan homenaje, hasta me he despertado por la mañana sin hambre y no he desayuno.
 
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