Nos corroe la envidia hacia este ser de una realidad alternativa, que vino hasta nuestro mundo a través de un portal azul que comunicaba el océano azul infinito de su dimensión con la nuestra, como no hemos podido hacernos sus acólitos, y lucir esas fabulosas camisetas negras y tirantes, sólo nos queda estudiar para ser programadores, técnicos de sistemas o en el mejor de los casos community managers. Mientras esas gentes que han visto la luz trabajan desde cualquier lugar del mundo, siempre con cobertura de banda ancha, ya sea Tailandia, Nigeria o Bolivia, y tienen a sus clientes rogándoles que les presten atención, para hacerles ingresar miles de euros.
Lo que llevamos peor es que cuando ofrezca a sus seguidores el paso a su mundo paralelo nosotros nos quedaremos con nuestras hezs de 14 pagas y 2.000€ al mes, con 30 días de vacaciones, al borde de la extinción por el cobi19...