Cuanto más insisten en su Memoria, más excitan la memoria dormida de muchos que creíamos que todos tienen derecho a dar su versión de la historia. Fue pasando el tiempo y aquella reconciliación inicial que favoreció su narrativa, está acabando con la reconciliación, con la democracia y el derecho a discrepar con las versiones oficiales. La Nación y la Patria Española ha quedado en el Estado Español, que tampoco se libra del escarnio que sufre la nación y la patria por parte de los que una vez perdieron un guerra en los campos de batalla y ahora pretenden ganarla en las escuelas, la universidad y los medios de desinformación.
Dense cuenta que España dejó de ser España para ser el Estado Español para todos los aspirantes a que se reconozcan sus pequeñas naciones, curiosamente de la mano de partidos estatistas que reniegan de la nación española porque les parece un concepto demasiado nacionalista pero cuentan con el apoyo de los nazionalistas periféricos que ven a España como un estado opresor.
Dicen que solo 9000 han sido recuperados de decenas de miles que aún es preciso recuperar... ¿Cómo estar seguro del número siquiera aproximado que finalice con semejante proceso a la historia? Porque no se trata ya del legítimo derecho a conservar los restos de los difuntos, sino de mantener viva la venganza, como si quisieran otra oportunidad para la victoria y como si fueran a dejar vivo a nadie que los conteste si ganaran la guerra.
Si de verdad pensaran en el bien común de toda la sociedad española, aceptarían lo que a su juicio es una herida mal curada pues de tanto hurgar en la herida cabe la posibilidad de que se haga mayor y más grave, o que acabe en septicemia generalizada.