Ya, veo claro que la Iglesia no te inspira la menor confianza o algo peor.
¿Y la unificación política del planeta qué tal la ves? ¿Una especie de Unión Europea extendida progresivamente al resto de países? ¿Le ves alguna ventaja o sólo inconvenientes?
Namasté
Bueno, empezando por mi visión de la Iglesia (y de muchas otras religiones institucionalizadas) te diré que sí que hay algo que me inspira verdadera admiración, y es el sistema de rituales, su simbología, sus templos, sus palabras. Lástima que -como ya dije- no tenga, por encima de todo, la base sólida de la coherencia.
Respecto a la unión política del planeta, por supuesto estoy completamente a favor, pero digamos que tengo una visión excesivamente romántica y utópica de ese sistema, lo que me obliga a pensar que salvo que la tecnología trabaje a favor del ser humano y éste revierta ese conocimiento en el Hombre, será absolutamente imposible. Digamos que imagino un mundo altamente tecnificado, cuyos bienes estén administrados en justicia matemática aportando lo necesario para la subsistencia a cada componente. Que estos humanos aporten las horas necesarias, muy pocas, para que el sistema perdure en el tiempo y se realicen las labores que no permite la técnología como obligación ciudadana.
De acuerdo a tus capacidades podrías desear investigar, crear, colaborar, trabajar en el campo, o remolonear en tu casa, lo que tú desees con tu tiempo libre. Ese trabajo estaría solamente renumerado con tu propia satisfacción. El consumo no sería la meta, lo sería tu felicidad. Ya te digo, que un deseo tremendamente infantil o adolescente, pero en fín: desea lo imposible, es mi lema.
El resto de avances políticos que impliquen seguir alimentando la máquina del consumo no me interesan lo más mínimo porque genera dolor, muerte, cautiverio, diferencia e injusticia.