El movimiento por una vivienda digna vuelve a la carga
Las asociaciones y colectivos que luchan por el acceso a una casa a un precio asequible convocan nuevas marchas para el próximo sábado
Vuelta a la carga. Las asociaciones y colectivos que durante los últimos meses han estado saliendo a la calle para protestar por una vivienda digna quieren volver a tomarla para reivindicar algo muy simple: el cumplimiento del artículo 47 de la Constitución española; es decir, que “todos los españoles” tengan “derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, y que “los poderes públicos” promuevan “las condiciones necesarias” y establezcan “las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho”. Es decir, para protestar contra una situación que, si hacemos caso a la Carta Magna, es a todas luces inconstitucional.
Los avisos vienen de fuera
Las críticas a la situación que vive nuestro país no sólo llegan de los ciudadanos afectados por los altos precios de la vivienda. A mediados de este mes, el mismo Fondo Monetario Internacional (dirigido curiosamente por Rodrigo Rato) alertaba en su informe semestral Perspectivas Económicas Mundiales sobre el excesivamente elevado precio de la vivienda en nuestro país.
El Fondo alertaba en su informe de que esta situación era todavía más alarmante teniendo en cuenta el ambiente de tipos de interés al alza que se vive en este momento (lo que en principio debiera enfriar el mercado inmobiliario). Mientras tanto, el Euribor, indicador que marca el precio de la mayor parte de las hipotecas, sigue su escalada imparable: el pasado agosto llegó a su nivel más alto (3,6%) desde julio de 2002.
Este mes nos enteramos de una curioso fenómeno que ejemplifica la situación del mercado inmobiliario en nuestro país: la inversión extranjera en vivienda española se está frenando (ésta ha bajado más de un 15% con respecto al año pasado), mientras que el número de españoles que deciden comprarse una casa en el extranjero se duplicó durante el primer semestre de 2006. Los españoles buscan fuera lo que no encuentran en casa, mientras que los extranjeros comienzan a dejar de comprar en nuestro país por los altos precios y pese al buen tiempo, la saludable comida y la fiesta.
Un movimiento cibernético y descentralizado
Todo se inició a principios del pasado mes de mayo: diferentes convocatorias espontáneas comenzaron a rodar por diferentes webs, blogs y sitios de internet. Y la conocida como sociedad red hizo honor a su nombre: pronto comenzaron a producirse concentraciones espontáneas y alegales que, aunque no fueron multitudinarias, dejaron entrever el malestar existente entre ciertos sectores sociales, sobre todo el de los jóvenes, sobre la imposibilidad de acceder a una vivienda digna a un precio asequible.
Nacido al calor de red, y de personas cansadas de esta situación, el movimiento ha ido cogiendo forma y haciéndose hueco en los medios de comunicación y entre la sociedad. Plataforma por una vivienda digna, BCN Viu o Pincha la burbuja son algunas de las páginas que nacieron de esta forma.
El pasado de 2 de julio tuvo lugar la última gran movilización organizada por ellos: en diferentes ciudades de España, pero especialmente en Barcelona y Madrid, miles de personas salieron a la calle para reivindicar un derecho que consideran innegociable.
Ahora, ha nacido una web que recoge las diferentes documentos generados durante el desarrollo de la lucha por una vivienda digna y que debería convertirse en la coordinadora cibernética de las diferentes ramificaciones del movimiento: vdevivienda.net contiene documentos, libros, fotos y vídeos, y, por supuesto, la convocatoria de la próxima cita por una vivienda digna: el sábado 30 de septiembre los colectivos de ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o San Sebastián, entre otras, están llamados de nuevo a ocupar las calles.
"Gestión de la miseria"
Barcelona es una de las ciudades donde el movimiento por una vivienda digna ha arraigado con más fuerza. Allí se ha formado la Asamblea Popular por una Vivienda Digna. Laura, una de sus miembros, hace hincapié en el carácter marcadamente asambleario del movimiento: “Celebramos un encuentro semanal en el que participan personas afectadas por la precaridad de vivienda: el carácter fresco y novedoso del movimiento ha animado a mucha gente a participar”.
A la pregunta de qué medidas concretas pide la Asamblea, Laura contesta que, fundamentalmente, el cumplimiento del artículo 47 de la Constitución: “Los políticos se llenan la boca con la Constitución, pero sólo para lo que les interesa. Pedimos medidas estructurales que acaben con esta situación. No negamos que la vivienda forme parte del mercado, pero la vida de las personas está por delante. Y hay muchas situaciones individuales que lindan con lo dramático. Estamos cansados de que los políticos gestionen la miseria: pedimos soluciones para este problema que afecta a una buena parte de nuestra sociedad”.