en los 90 tu padre te pegaba una leche, te enviaba a tu cuarto y la videconsola al altillo o al armario de su cuarto hasta que le saliese de los narices, tu madre mediante, a volver a ponértela en la TV del salón, a ratos libres. Todo esto quien tenía videoconsola, y quien tenía los juegos que su padre quería y pagaba.
Hoy tu padre te aparca ante el móvil, wifi ilimitada y datos para el nene, y tienes acceso al desmembramiento de un mexicano en la jurisdicción de Sinaloa, a una mujer comiendo 3 platanos en la fiesta de la congregación Alfa Beta o el videoclip del trapero de turno que te dice que esnifes cocaína y conduzcas un BMW con pilinguis en el asiento de la derecha, o seas un fucker promiscuo y castigador, para ser un triunfador
Si si, sociedades muy equiparables, y formas de educar muy parejas.