España ha cambiado mucho desde los años 30. No necesita las mismas recetas y es algo que no comprenden los ortodoxos falangistas.
El pretendido estado social estaba muy bien en los años 30 para los proletarios y trabajadores del campo abandonados a su suerte.
No para los ninis, funcivagos, aliens y paguiteros varios, chupones todos ellos que se aprovechan del ciclo expansionista de la economia inflado artificialmente a base de deuda.