A ver, creo que hay que ser justo, Ex-Burbu tiene algo de razón. Me explico:
Se cae en un contrasentido si al principio se asegura que lo que se hace en la universidad no sirve para nada (que hasta cierto punto es verdad, pero no del todo), y luego decimos que las nuevas generaciones vienen peor preparadas. Si la formación universitaria es tan mala, ¿qué más dá que vengan peor preparados? Si supuestamente no les va a servir para nada...
Es como todo. Creo que este país, como casi todos los latinos, peca de inestable. De la ilusión desbordante se pasa al desánimo más absoluto.
Que la universidad española es una hez si la comparamos con la alemana, la francesa (ojo eh? Depende cuál) o la americana, no hay duda. Un ingeniero, abogado o economista americano o alemán tiene una preparación (práctica, que es lo importante) muy superior a la española.
Ahora comparémonos con países latinoamericanos. Y no me refiero a Bolivia precisamnte. Argentina, Chile, o Méjico... Estamos muy por encima y éso es innegable. Por éso España construye la cola del 380 y no lo hace Portugal, por ejemplo. Al César lo que es del César...
Que la universidad española recurre a la memorieta y a la falta de práctica es correcto. Pero no por éso desprestigiemos la memorieta. Forma la mente y hace a la persona más sacrificada, más flexible y más ágil. Como todo en la vida, se gana en unas cosas y se pierde en otras.
No creo que el problema esté en la universidad en sí, está en el propio mercado de trabajo, y, sobre todo, en la calidad del empresario español. No hagamos falsos culpables.
Por último, con respecto al profesor vago/engreído/inepto, no lo niego, pero es como todo. El problema no es de la universidad en sí, es del funcionariado (saco mi oposición y a vivir, nadie me puede despedir).
Teóricamente, si los profesores de la pública fueran tan malos, la universidad privada estaría mucho más valorada, y todos sabemos que no es así (¿os suenan los anuncios de "absténganse titulados de CEU"?).
Concluyo: el problema no es de la universidad, el problema es del mercado laboral (más concretamente de la figura del empresario español, que no abunda por su gran cualificación, sabiduría y condescendencia).