Pues no. Básicamente porque el hombre es anterior al coche y ha habido muchas generaciones de hombres que fueron hombres y nunca tuvieron coche.
Ahora bien, si lo que dices es si el coche es un símbolo extensible de la masculinidad de un hombre, como antaño podía serlo un caballo, o un halcón, un ente de poder al que domeñar entre tus piernas o brazos, una bestezuela poderosa a la que despertar y dirigir por el puro placer de demostrar que se puede... Pues sí y no.
Yo creo que el coche alberga unas ciertas características que pueden avivar ese deseo innato de demostrar dominio y pericia en un hombre, y en un mundo cada vez más alejado de lo natural, donde un hombre para sobrevivir debía demostrar esas características cada día de su vida, puede ser el último reducto de conexión con la masculinidad de muchos hombres, pero por supuesto ni es el único, ni es indispensable. Si por ejemplo tienes un trabajo "de oficina", vas en metro o autobús a trabajar, tienes un perro manso que no levanta dos palmos del suelo, y tus aficiones son "de señorito", a lo mejor no es que lo necesites como conjunto de chapas con ruedas y motor que te desplaza de A a B, sino que lo necesitas para recordarte que sigues siendo un hombre dominador de bestias debajo del barniz que te reviste. Y aunque financieramente sea una relativa mala decisión, y el lobby automovilístico te haya comido el coco, ¿que cosas importa todo eso? Al final, si tener un coche te da satisfacción, del tipo que sea, bienvenida sea, que este mundo tampoco está lleno de satisfacciones esperándote a la vuelta de cada esquina. Y de tan iluso es seguir la corriente por seguirla, que ir a contracorriente a disgusto solo por distinguirse y vivir insatisfecho.
Yo no tengo coche propio. No me gusta conducir y prefiero el transporte público si puedo escoger. Pero en casa hay un coche, y nos hace la vida mucho más fácil, la verdad.