Uff, de esas ya me he librado, en mi anterior casa teníamos un yonqui y varias familias pichinchas...eso sí que era el infierno hamijo, cuando no montaba la bronca uno, montaban la fiesta los otros, un día fue tal cantidad de gente que sacaron colchonetas y se pusieron a dormir la borrachera en el portal, no te digo más...Me da que, si se entera mi vecino, ella le pondría en la calle por enésima vez: el piso es de ella y él vive de gorra Lo malo es que eso supondría otra noche de patadas en la puerta, gritos desde el patio y declaraciones de hamor a gritos y borracho.
Fíjese, preferiría hacerme camello de esos dos a fondo perdido que cargar con esas malas bestias de sus hijos.
El yonqui se lo llevaron a un centro a reformarlo y el piso lo alquilaron a dos tortilleras que se daban una cantidad de palos y montaban unos pollos que ríete del yonqui ::