Nos hemos sincerado, hemos pasado por una etapa de dudas a colación de sentar la cabeza y tomarnos nuestra relación en serio. Para ello hemos convenido en contarnos todas las manchas de nuestro pasado, todo aquello que nos atormenta y de lo que nos arrepentimos u avergonzamos, con el fin de afianzar nuestra confianza. Parecía buena idea, lo parecía.
He empezado yo; todo el bullying que me hicieron de pequeño, que intenté suicidarme, todos mis fracasos laborales, los timos en los que he picado, que perdí la virginidad a los 30 con una cortesana, y que luego de hecho pillé candidiasis incurable debido a ésta...
Y luego le ha llegado su turno. Me ha empezado a contar de todo, también un conato de suicidio, bulimia, que hacía cosas con su perro de pequeña... Y ha llegado al apartado de las relaciones y el sesso esporádico. No ha querido precisar un número, pero se ha tirado como veinte minutos contándome "errores de una noche", y ha parado porque "ahora no recuerdo más", osea que alomejor luego sigue...
Me estoy planteando seriamente dejarla, soy un perdedor y desde luego las mujeres no son para mí. Además me he equivocado estrepitosamente a lo largo de mi vida y no merezco más que alguien que haya hecho lo mismo, pero hay unos límites.
