Si no fuese una nulidad y un fraude total se habría quedado en el CSIC desde el cual podría prestar mejor servicio a la sociedad que haciendo el ridículo en el Congreso y escribiendo idioteces en Twitter. ¿Qué clase de científico es ese que anda como loco por medrar en la política, no importa en qué partido, abandonando la que se suponía que era su vocación? Sus propios conmilitones no parece que le tengan en mucha estima, ya que no le han dado ningún cargo de responsabilidad en el gobierno, no ya un ministerio, pero ni siquiera una secretaría de Estado o una dirección general. ¿Por qué no, si tiene una mente privilegiada? Es como Zerolo, un tipo al que los suciolistos tenían de mascota, pero al que nunca le dieron ninguna responsabilidad porque en el fondo lo despreciaban y les avergonzaba.