Yo viví un año allí, conozco perfectamente el idioma (si mi vida hubiera tomado otros derroteros seguiría allí, ¿casado?) y comparto las aportaciones que lo explican todo muy bien. Por aportar algo, decir que entre los, del norte, los lombardos son así, más "madrileños", los piamonteses más del rollo vasco o asturiano (para trabajar y por cómo es la economía, no diría tanto por el carácter, respecto a los piamonteses). Las zonas germano parlantes son, con diferencia, las menos corruptas -son católicos, que conste, solo hay protestantes -calvinistas- en el Piamonte. Hay una cosa que no se comentó: tienen un nivel general de profesión "fina" al que aquí no llegamos, y desde luego, bien pagado. Excelentes sastres, carpinteros, marroquineros, ebanistas, restauradores, diseñadores gráficos, ceramistas, maestros de obra, jardinería, decoración...; y también fresadores y torneros y demás. Parte de eso se ve luego en los productos que tan bien venden. Con más músculo financiero y un sur del país civilizado hubieran llegado muy lejos. En muchas de las ramas de industria aplicada son los reyes de la calidad también, no solo diseño. Lo que pasa que les lastra una administración mucho -pero mucho mucho- más ineficiente que la nuestra yque las estructuras sociales en buena parte del sur del país están podridas a niveles sudamericanos (y el gran Nápoles, vamos, que es lo peor de lo peor, algo así como las 5000 viviendas pero 500.000).
Y sabiéndolos tratar -yo tuve que gestionar asuntos de prácticas de FP con Reggio (Calabria, nada menos)- las cosas fluían bien, cooperando sin tortas. También debo decir que si en vez de ser español fuera piamontés -o alemán, o inglés- me tocarían los narices hasta el infinito y más allá. Porque siempre tuve la sensación de que los italianos no nos quieren mal -por ejemplo, les encanta la rivalidad deportiva con nosotros, y es mucho más sana que la que tienen con los franceses o los alemanas: a mí me dijeron, literalmente, que ya que la selección italiana de fútbol tuvo que perder por 4-0 (la final de la Eurocopa), al menos que fuera con España (Portugal también les valdría): un montón de lamentelle, con las que disfrutan muchísimo, e via.
Desde el punto de vista artístico, su cine es infinitamente superior al nuestro, y lo sigue siendo, aunque haya bajado el nivel -como el americano, por otra parte-, y su literatura del siglo XX, peor vendida, está al nivel de cualquier otra. La matraca que darían los franceses si Italo Svevo fuera de allí, o Bufalino, o Ginzburg, Lampedusa, Moravia, Sciascia... Hay para aburrir.