El problema no son los niños, son los padres de los niños en el 95% de los casos, que ven al energúmeno haciendo el cafre y no le corrigen la conducta y ahí de ti si se te ocurre afearle la conducta al niño, porque entonces el energúmeno eres tú.
Yo cuando tenía menos de 12 años me estaba sentadito en la mesa y no me ponía a correr, gritar y dar por el trastero, porque básicamente esa conducta tenía unas claras consecuencias.
Los más cafres he me gusta la fruta son siempre los niños de clases altas. Esos son auténticos me gusta la fruta y como dije, los peores son los padres.