Efraim
Madmaxista
Yo no vería manos negras ni conspiraciones ni explicaciones demasiado narrativas en este asunto.
En los años 70 España no era una isla ajena a fenómenos socioculturales que se dan en otros lugares, y más teniendo en cuenta que durante los años 60 el turismo y en menor medida la emigración a Europa se convierten en vías de transmisión cultural.
Veamos:
Esos fenómenos que impulsan el consumo de drojas se dieron en España de forma parecida a otros países. No se trata de ninguna conspiración ni de nada planeado, sino de otro fenómenos social complejo que no se puede explicar por una sola causa.
Por cierto, en los años 80 la Eta y los entornos abetzales del País Vasco también difundieron la especie de que la policía "española" introducía la droja para desactivar políticamente a la sociedad vasca, e incluso llevaron a cabo alguna "acción" contra camellos locales. (Parece ser que, en realidad, para intorducirse ellos mismos en el negocio). En todo caso, es curioso que el relato conspiracionista de la difusión del consumo de drojas sea mantenido desde posiciones políticas muy diferentes.
En los años 70 España no era una isla ajena a fenómenos socioculturales que se dan en otros lugares, y más teniendo en cuenta que durante los años 60 el turismo y en menor medida la emigración a Europa se convierten en vías de transmisión cultural.
Veamos:
- La contracultura con su mensaje de que la herencia cultural recibidida debe ser demolida.
- El éxodo rural.
- Las barriadas obreras.
- El ocio juvenil (ya sea de clase media o de clases trabajadora y marginal).
- La misma creación de redes de distribución seguramente favorecidas por la descolonización de Asia y África.
Esos fenómenos que impulsan el consumo de drojas se dieron en España de forma parecida a otros países. No se trata de ninguna conspiración ni de nada planeado, sino de otro fenómenos social complejo que no se puede explicar por una sola causa.
Por cierto, en los años 80 la Eta y los entornos abetzales del País Vasco también difundieron la especie de que la policía "española" introducía la droja para desactivar políticamente a la sociedad vasca, e incluso llevaron a cabo alguna "acción" contra camellos locales. (Parece ser que, en realidad, para intorducirse ellos mismos en el negocio). En todo caso, es curioso que el relato conspiracionista de la difusión del consumo de drojas sea mantenido desde posiciones políticas muy diferentes.