Los divorciados actuales (y recientes) añoran otros tiempos inmobiliarios como los años 80 del pasad

La miembra se queda con el piso, los hijos y las pensiones para ella y las larvas.
El padre divorciado se queda sin nada, mientras ella tiene derecho a empoderarse tirandose a otro en su piso... y si se queja, ración de VIOGEN.

No es lo mismo ser divorciadO que divorciadA.

Casarse no es buen negocio para los HOMBRES en este pais.
 
Que se vayan a freír espárragos, no les deseo lo peor pero casi. Muchísim@s de ellos especularon hasta lo indecible. De aquellos barros estos lodos.
Q se vayan a la cosa hombre.
 
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