Lo más duro de la existencia es esto: el 99.99% de las personas del planeta, al morir, van al infierno.
Al morir no desapareces, no duermes, no reencarnas, no te unes al arquitecto del universo.
Al morir, tu cuerpo espiritual se levanta desconcertado. Estás solo en las ruinas del mundo espiritual, frías y sombrías. Te embarga el miedo.
No pasa mucho tiempo hasta que los siervos del averno aparecen, uno o más de uno, su aspecto es monstruoso, puedes sentir su maldad y sabes que no tendrán piedad. Puedes gritar, intentar huir, pero no hay a donde ir, no hay donde esconderse, ahora estás muerto, y no hay vuelta atrás, no hay escapatoria ni esperanza.
Esos seres te cogen y te arrastran hasta una de las entradas del infierno, un agujero enorme y oscuro en el suelo de ese desierto espiritual, del que emana el calor del infierno. Te lanzan por el agujero mientras ríen y se burlan.
Una larga caída que te destroza la piel incluso antes de llegar al final, y después el Infierno, un lugar de tormento.
Una vez que estás allí nada importa ya, tu vida anterior, cualquier decisión tomada, si eras pobre o rico ¿que importancia puede tener eso ahora? Nada cambiará ya tu horroroso destino, tu única esperanza es poder encontrar una grieta, entre las ardientes paredes del infierno, donde poder acurrucarte durante toda la eternidad.
No voy a explicar como lo sé, pero saberlo me ha ayudado a buscar la salida, porque hay una salida, pero es difícil de alcanzar, muy difícil, de no ser porque sé que existe el infierno, y porque sé que no alcanzar esa salida equivale a acabar en él, no estaría tratando de seguir el duro camino de Cristo.
Solo los santos evitan el infierno. Dios no hace la vista subida de peso. Personalmente creo que lo que más puede motivar a una persona a seguir a Cristo, no es las promesas de una recompensa, ni porque sea lo correcto, no. Creo que lo mas motivador es salvar su trastero.
Quizá estarás pensando : Vaya Dios mas cruel tiene este". Pues te digo una cosa: Cómo te parezca a ti o a mi que sería mejor que fuera Dios, no tiene necesariamente que coincidir con la realidad. Si crees que Dios debe ser como a ti te parece que debe ser, tienes un problema de ego.
Voy a describirte a Dios: Dios es amor, este amor lo puedes conocer en que murió en la cruz por un puñado de pecadores como tu, pero no esperes que venga a consolarte porque el mundo te ha tratado mal (esto lo he aprendido por las malas), Dios ha dejado sus normas y espera que las sigas sin llorar, así que ahora olvídate de eso de "Dios es amor", porque esa frase no te va a servir para nada, y repito que es cierta, pero quedarte con eso te llevará al engaño como le ha pasado a muchos. Piensa en Dios como en el general de un ejército, un general que si es necesario, él mismo se mete en lo peor de la batalla para ayudar a un ciudadano, pero que le pide lo mismo a todo su ejército y es un tío duro y serio. No es un pagafantas que siente compasión por todos los "listos" de este mundo.
Puedes leer el nuevo testamento tantas veces como quieras y no encontrarás decir de Cristo que consoló a nadie ni que contó ningún chiste.
Y tampoco es que no te vaya a ayudar en nada, si le pides ayuda te ayudará lo que a él le parezca si cree que lo mereces.
Esta es la verdad pura y dura, y no voy a dar demasiadas explicaciones ni contestar a trols ni a comentarios discrepantes ni a casi nada.
Si crees que me equivoco mira al mundo y dime si no necesita mano dura, y mírate a ti y dite a ti mismo si eres un santo digno de pisar el suelo de la sala del trono de Dios.